La superficie de la Antártida ha sido reclamada por siete países. Algunos cuentan ya con presencia científica en el territorio pero el aumento de los intereses internacionales por este continente de forma considerable lleva a cuestionar el valor de los recursos del continente helado.
La Antártida no es un país. Doce países que habían llevado cabo actividades científicas en la Antártida durante el Año Geofísico Internacional (1957-1958) firmaron el Tratado Antártico de 1961. En su primer artículo el Tratado deja claro que cualquier actividad militar esta prohibida y cuál es su fin específico: La Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacífico, añadiendo en su segundo artículo “investigación científica”.
Poner un pie en la Antártida supone hacer turismo o realizar investigaciones científicas, en un principio. Pero las sospechas de investigación militar y de invasión con fines militares son cada vez mayores. La facilidades que presenta el continente de investigación y de seguimiento por satélite son muchas, gracias a que es un espacio libre de interferencias. El terrritorio también es el lugar perfecto para redes de vigilancia encubierta y control remoto de sistemas de armas ofensivas, según informa BBC Mundo.
Estas ventajas de la zona, unidas a la intensa curiosidad de los gobernantes para saber qué hay debajo del suelo helado ha impulsado a los ejecutivos de Reino Unido, Francia, Noruega, Australia, Nueva Zelanda, Chile y Argentina ha repartirse entre ellos el hielo del contienente. La palabra clave que todos desean oir es petróleo. Se rumorea que debajo de esos trozos de hielo seco se esconden más de 200.000 millones de barriles de petróleo. Una fortuna que supera a las de Abu Dhabi o Kuwait.
Por el momento, no se realizaran particiones hasta 2048, fecha en la que se tendrá que renovar el Protocolo de la Antártida. Hasta entonces el status quo intentará que ningún país desarrolle actividades de espionaje ni de propio beneficio de los recuros naturales.
No obstante, muchos gobiernos rechazana el status quo de la Antártida. Irán ha declarado su intención de construir en el continente, Pakistán aprobó la expasión antártica, Chile y Argentina mantienen una presencia militar permanente en el territorio y algunos países comienzan a enviar presencia militar. El gobierno australiano identificó como una amenaza la última base que China estableció en el territorio.
El status quo del continente no está garantizado. La división territorial no se realizará de momento, aunque la denuncia de Australia es clara: «las bases antárticas se utilizan cada vez más para un »doble uso»: la investigación científica que es útil para fines militares».
Posible reparto de la Antártida según BBC Mundo