Dos ceutíes y una malagueña han acudido a Siria para hacer su particular »yihad»: tener hijos de militantes del Estado Islámico. Son Tomasa, Asia y Lubna, tres jóvenes que han abandonado sus comodidades en Occidente para vivir en el califato. ¿Qué empuja a las occidentales a viajar a Siria e Irak?
Manuel R. Torres, director del Curso de Experto Universitario en Análisis del Terrorismo Yihadista y autor de los libros Al Andalus 2.0. La ciber-yihad contra España (2014) y El Eco del Terror. Ideología y propaganda en el terrorismo yihadista, explica www.teinteresa.es que “ninguna de ellas va porque crea que va a desempeñar una función de combate”. Viajan a Siria por la atracción romántica de estos personajes masculinos que son ensalzados a través de la propaganda que los representa como guerreros de la yihad.
Se les plantea una ruptura con su vida y se les ofrece una alternativa coherente con lo que debe ser su vida. “Se apela a su condición de musulmanes”, señala el experto. Las propaganda de los muyahidines les enseña que “la verdadera musulmana tiene que estar ahí donde el islam se aplica de manera fidedigna y por lo tanto debe alejarse de una sociedad donde el pecado es presente y el islam no es puro. Y su papel es viajar allí a la tierra del islam, al lado de un buen musulmán”
Las occidentales que viajan al califato, se autodenominan muhajirah y expresan en las redes sociales su satisfacción al dejar atrás Dar Al-Kufr, una sociedad en la que el pecado es presente.
Cuando llegan a Siria o Irak se despojan de sus ropas. A partir de ese momento, empiezan a cubrirse y por lo menos llevarán el hiyab. “El Estado Islámico es especialmente rigorista”, es decir una interpretación muy estricta del Islam que trasladan al rezo, los alimentos y la ingesta de alcohol.
“El mero hecho de que la mujer se desplace sin ir acompañada por un hombre no están tolerado”, insiste, “ni siquiera para actividades domésticas como ir al mercado”. Es decir, desde su llegada al califato, «las mujeres son casi propiedad de los hombres», concluye.