Alemania es un país receptor de inmigrantes. Y no quedan las dudas de porqué: de media, los inmigrantes que llegan al país ganan más del doble de lo que percibían en sus países de origen. Es el dato que ha revelado la oficina de estadísticas Stadista, con información proporcionada por Instituto de Investigación de Empleo del gobierno alemán.
En un gráfico, ha revelado que, de media, los inmigrantes que llegan a Alemania ganan 1.273 euros al mes, frente a los 506 euros que ganaban de media el año antes de llegar a la nación germana. En los hombres el aumento de salario en cuanto pisan suelo alemán es notable: 1.617 frente a los 596 que ganaban antes de emigrar a Alemania.
Cabe resaltar que en otros países el poder adquisitivo de los salarios es mayor, aunque este sea más bajo, por lo que las diferencias no son tan notables como pueda parecer. La encuesta fue realizada con cerca de 2.200 inmigrantes residentes en Alemania.
Invierten en lengua y educación
Según la encuesta, la mayoría de los inmigrantes que viajan y acaban viviendo en Alemania dedican gran parte de su dinero disponible a invertirlo en lengua, aprender alemán y en educación, como parte de su integración social. Un 29% de los encuestados invierten una vez llegan a Alemania en educación universitaria, son más, un 35%, los que no invierten en nada.
Según un estudio del instituto alemán Berlin-Instituts für Bevölkerung, el Instituto Berlinés de Población, las personas que llegan al país germano, ya la segunda nación que más inmigrantes recibe, tienen cada vez mejor nivel educativo, más incluso que los propios alemanes.
El estudio, »Potencial infrautilizado», busca estudiar el reciente fenómeno de inmigración en el país, que ha visto un enorme crecimiento en la llegada de personas a sus fronteras. Entre 2007 y 2012, la llegada de extranjeros en el país aumentó un 72% y, sólo en el año 2012 creció un tercio.
El estudio realizado busca retratar a las personas extranjeras dentro de Alemania. Y la conclusión es que se parecen mucho a los propios alemanes: lo único que les diferencia es que son más jóvenes, tienen menos hijos y se casan menos. La población turca es la que más hijos suele tener, pero aun así sólo tiene entre 1,6 y 1,8 de media, insuficiente para la renovación generacional.
Uno de los datos sorprendentes del estudio es que el nivel educativo de los que llegan al país es más alto que el de los nativos alemanes. Hay más académicos extranjeros que alemanes. Además es una tendencia al alza, ya que los hijos de inmigrantes suelen superar el nivel de educación de sus padres, a menos que este sea de educación superior.