Desde 1976, 1382 personas han sido ejecutadas en Estados Unidos. La pena de muerte es una realidad en este país, tanto que en lo que llevamos de año 24 personas han sido ejecutadas. Un año más, los estados de Florida y Texas vuelven a liderar este triste ranking.
Este viernes Florida ha ejecutado a Eddie Davis, un preso de 45 años condenado por violar y asesinar en 1994 a una niña de 11 años. Se trata de la séptima ejecución en este estado y la décimo octava del Gobernador Rick Scott.
Scott se convirtió en Gobernador de Florida en 2011. Hasta ese momento poco se conocía de este empresario del sector de servicios de la salud. A pesar de no tener ninguna experiencia política y de haberse pagado toda su campaña de su bolsillo, se presentó a las primarias republicanas y ganó.
Era tan poco conocido, que el ex gobernador de este estado, Jeb Bush solo pudo decir de él: “Es un conservador instintivo. El no parte del principio de que los gobiernos deben necesariamente resolver los problemas de la gente si hay otras soluciones”.
Es un hombre cerrado y poco comunicativo con la prensa. Un empresario marcado por la sombra de la corrupción ya que perdió la empresa por este motivo y por no escuchar a sus accionistas. También ha sido muy criticado por su postura sobre la pena de muerte.
Hace un año, anunció su intención de despejar el concurrido corredor de la muerte de Florida. En una de estas cárceles esta el español Pablo Ibar, este vasco lleva 20 años preso, 14 de ellos en el corredor de la muerte. Con esta medida se intentaba evitar que los reclusos permanecieran en el corredor de la muerte décadas. La media es de 13 años, pero algunos presos llegan a estar 30 años. En estos momentos hay 410 presos en esta situación en este estado.
A pesar de que el currículum de Rick Scott es bastante sangriento, hay otro Rick, Rick Perry que le supera con creces. El gobernador de Texas cuenta con 275 ejecuciones a sus espaladas en sus catorce años en el cargo.
Texas es el estado con más ejecuciones a sus espaldas. De las 1.382 ejecuciones que se han realizado desde 1976, 515 se han realizado en Texas. Según amnistía Internacional, en menos de doce años, Texas ha ejecutado a más del doble de presos que cualquier otro estado de Estados Unidos en tres décadas y media.
Su último Gobernador, Rick Perry ha sido el protagonista de 275. Una cifra que no sorprende tras escuchar se si boca frases como estas: “Apruebo la pena de muerte sin que me tiemble el pulso y sin que me quite el sueño, porque estoy cumpliendo la ley». El Gobernador de Florida es tan radical con sus ideas que llegó a vetar una ley aprobada por el legislativo del estado según la cual no se podría ejecutar a los condenados discapacitados psíquicos. Además mostró su oposición al fallo del Tribunal Supremo del estado para no ejecutar a los menores de edad, aunque tuvo que acatarlo.
Perry tiene el honor de ostentar el desagradable récord de ejecuciones durante su mandato, 127 más que las que firmó en este mismo estado el ex presidente George Bush. Las sentencias de muerte firmadas por Perry suponen el 30% del total de EE.UU. desde la reinstauración de la pena de muerte en 1976.
En varias ocasiones Perry se ha postulado como un rival para Obama en unas elecciones presidenciales, sin embargo, esto nunca ha llegado a fraguarse ya que no queda muy bien ser el gobernador con más ejecuciones a sus espaldas.