Dos de cada tres estadounidenses consideran que la apertura del país a los extranjeros es «esencial» para la construcción de Estados Unidos como nación, en contra del criterio que ha venido manifestando Donald Trump desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017.
Así, solo un 26 % de las 1.754 personas entrevistadas en un sondeo de Pew Research Center creen que «si Estados Unidos se abre demasiado a personas de todo el mundo, corre el riesgo de perder su identidad como nación». Un 68% opina lo contrario, que el país necesita este aperturismo.
El dato se dispara entre los jóvenes (80%) y entre quienes simpatizan con el Partido Demócrata (85 %). El sentimiento también es más frecuente entre negros (73%) e hispanos (70%) que entre la población blanca de Estados Unidos (65%), según la encuesta.
El estudio coincide con otro realizado en mayo y que estipulaba que un 58% de los ciudadanos veían positiva la diversidad racial y étnica. Un 31% creía que no suponía diferencia alguna, mientas que un 9% opinaba directamente que este mestizaje convertía a Estados Unidos en un país peor.
Trump ha endurecido la política migratoria norteamericana desde su llegada a la Presidencia, aprobando por ejemplo decretos con los que limitar la llegada de inmigrantes desde países de mayoría musulmana. También ha prometido construir un muro en la frontera con México para frenar las llegadas de personas y el tráfico de drogas.