Los atacantes de Al-Shabaab se burlaron de sus víctimas a las que mataron a tiros durante el asedio al Garissa University College el pasado jueves, mientras que varios jóvenes sobrevivieron porque usaron la sangre de sus compañeros asesinados para manchar su ropa y fingieron estar muertos. Eso es lo que tuvo que hacer Millicent Murugi, una joven embarazada de 8 meses.
«Poco a poco tomé sangre de un compañero muerto que estaba tendido a mi lado y me la unté en la cabeza y las manos. En ese momento sólo había un terrorista en la habitación, ya que el resto se había ido arriba. Me hice la muerta durante 10 horas a pesar de estar embarazada», desveló la propia Murugi al diario local Daily Nation.
Según los testimonios de los que lograron salir con vida, los terroristas de Al Shaabab que hablaban kiswahili con fluidez y eran bastante jóvenes, les dijeron que dejaran de pagar impuestos «porque son los impuestos que el gobierno utiliza para comprar armas para las Fuerzas de Defensa de Kenia», armas que -según los terroristas- estaban utilizando ellos en ese momento tras arrebatarlas a los soldados.
Tras varios discursos amenazantes contra las Fuerzas Armadas del país y criticando «la cobardía de los agentes de seguridad», comenzaron a disparar a los jóvenes estudiantes mientras otros eran obligados a ver la matanza.
Al final de las más de 13 horas de terror, la cifra oficial de muertos se elevó a 148, excluyendo a los cuatro terroristas abatidos. Entre los inocentes había 142 estudiantes, tres guardias universitarios y tres agentes de policía.