Si en España lo que se llevan son los trajes, en Reino Unido el dinero público va a parar a las hipotecas de los políticos. La corrupción está a la orden del día en el Reino Unido, este país ha vivido en los últimos diferentes casos de corrupción donde ha hablado de hasta 10 políticos implicados.
El tren de vida que llevaban los políticos británicos fue lo que los delató a los ojos de la opinión publican. En 2009 el periódico británico ‘The Daily Telegraph’ comenzó a sacar a la luz diversas informaciones en las que se implicaba a políticos laboristas y conservadores que supuestamente usaban el dinero público para sus gastos personales.
El escándalo de ‘Los gastos parlamentarios’, nombre con el que se empezó a conocer, acabó implicando a seis políticos: cuatro laboristas y dos conservadores. El laborista Elliot Morley fue uno de ellos, fue secretario de estado de agricultura. Fue suspendido por su partido tras admitir que pidió 16.000 libras (unos 17.800 euros) del erario público para pagar su hipoteca en el año 2007. Sin embargo pocos meses más tarde se descubrió que Morley ya había saldado esta deuda con el banco el 1 de marzo de 2006. El diputado achacó este hecho a un error contable. Pero su excusa le valió de poco, unos meses más tarde se vio salpicado por un segundo escándalo. Supuestamente había alquilado otro apartamento que tenía a otro diputado de su partido, la renta de este alquiler ascendía a 1.200 euros una cantidad que también era pagada por los fondos públicos.
El conservador Andrew Mackay también se dejó llevar por el ‘boom inmobiliario’. En 2009 pagó la hipoteca de una de sus casas con el dinero público. Su esposa, también diputada, no se quedó atrás y realizó lo mismo con otro de los inmuebles familiares. Mackay in tentó revelar sus gastos antes de que la prensa se hiciera eco de la noticia, pero su gallardía le sirvió de posos. Unos días después tuvo que dimitir por este escándalo.
Los nombres siguen: Davis Chaytor y Shahid Malik, son otros políticos a los que se les ha relacionado con casos de dudosa moralidad. Chaytor era diputado laboralista y en 2009 fue suspendido tras conocerse que había solicitado casi 15.000 euros para pagar una hipoteca. El subsecretario de estado de Justicia, Shahid Malik, se vio obligado a dimitir después de que se le relacionara con irregularidades en los cobros de los contribuyentes.
En 2010, el primer ministro Gordon Brown decidió suspender de militancia a tres diputados y ex ministros laboristas. Dos de ellos habían estado en el Gobierno meses anteriores de esta fecha, el ex ministro de Defensa y de Transportes, Geoff Hoon, y la antigua responsable de Sanidad y de Industria, Patricia Hewitt.
Los dos fueron filmados en secreto por periodistas de ‘The Times’ y de ‘Channel Four’ que se hacían pasar por representantes de empresas estadounidenses a la búsqueda de influencias en el Gobierno británico para hacer negocios. Los dos cayeron en la trampa e incluso pronunciaron frases como: “somos como un taxi, listos para ser alquilados” e incluso llegaron a aponer precio a su trabajo, “3.000 por un día”.
Estos últimos cinco años han sido tan fatídicos para la honorabilidad de los políticos británicos que incluso Transparencia Internacional descendió este país hasta el puesto número 20 de su lista de los países menor corruptos. Diez puestos por debajo de la posición que solía ostentar Reino Unidos.