Krichner intenta lavar su imagen. No lo tiene fácil. Desde el primer momento su comportamiento en el caso Lisman ha sido errático. Primero, al salir en tromba criticando al fiscal, que la apuntaba directamente de encubrir uno de los mayores atentados que vivió el país. Después, por su forma de encajar la muerte del fiscal. Primero hablando de suicidio y luego, cuando las evidencias mostraban otros escenarios más posibles, el primero: el asesinato.
La Presidenta lleva ya mucho tiempo bajo sospecha, primero tras ser acusada de lavado de dinero, su vicepresidente, Amado Boudou, afectado por un doble procesamiento. La presidenta ha sido capaz de estar 35 días sin aparecer, algo impropio en cualquier país democrático que se precie. La sociedad argentina ha aguantado también el acoso a los medios críticos, las acusaciones de conspiración, pero el caso Nisman ha abierto los ojos.
El mismo dijo que se jugaba la vida con la investigación. La reacción de parte del Gobierno de Kirchner ha sido cuanto menos poco elegante, sensible o humana. Aún sin enterrar, lo será hoy, así se han llegado a referir a la muerte de Nisman algunos de sus colaboradores: «Le tiraron un cadáver a Cristina para intentar un golpe de Estado». O dejar claro que pese a su muerte, decir eso de que «no era un buen fiscal».
Eduardo van der Kooy en Clarín lo deja claro: la podredumbre moral del Gobierno de Kirchner será difícil de limpiar, incluso por sus sucesores. La conclusión que ya ha llegado a la calle es que nadie protegió a Nisman y la primera de ellas la presidenta. Le dejó solo.
Ahora Kirchner apunta a los servicios de inteligencia y está procediendo a su desmantelamiento. Pero se topa de nuevo con la realidad. La suya. Hace una década, los Kirchner rechazaron recortar el poder de la Secretaría de Inteligencia mediante la creación de un organismo de seguridad que actuaría a nivel nacional. ¿Qué es lo que pretende Kirchner ahora? Justo lo que rechazó en su momento. Por conveniencia.
El espíritu del actual proyecto presidencial de diseño de la llamada Agencia Federal de Inteligencia está inspirado en otro, que fue ideado por el equipo del ex ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Beliz, desvela el diario Clarín. El abogado de este, en una entrevista en perfil.com hace tan solo dos días señalaba que el cinimos de la presidenta no tiene límites.
El matrimonio Kirchner no quiso un FBI argentino
La idea original de Beliz era crear un “FBI argentino”. Beliz debió dejar el Gobierno después de ser masacrado en los medios y decidió irse del país. Lo mismo que han hecho ahora el periodista que primero dio la noticia de la muerte de Nisman. Miedo.
En el proyecto de Beliz, la Agencia Federal de Investigaciones y Seguridad Interior tenía como objetivo “dirigir, planificar, supervisar y coordinar el esfuerzo del Poder Ejecutivo Nacional” en casos de “investigaciones criminales vinculadas con “terrorismo, narcotráfico, tráficos de armas, mercancías y personas, blaqueo de dinero, corrupción administrative, secuestros extorsivos, delitos ecológicos, prostitución infantiles y pornografía”. También estipulaba la creación de un “Cuerpo Nacional de Paz”, que actuaría en pesquisas de delitos federales.
En su anuncio del lunes, la Presidenta dijo que la nueva agencia de Inteligencia tendrá como objetivo resolver la mayoría de los delitos mencionados en el proyecto de Beliz.
Los rivales de Kirchner saben que está en uno de sus peores momentos
«Es un momento muy delicado, hay mucha angustia y miedo en los argentinos. Hay un fiscal de la Nación muerto y su familia todavía sigue esperando una explicación. La prioridad debe de ser esclarecer esta muerte». Con estas palabras, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, criticó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en televisión. El candidato presidencial del PRO volvió a exigirle Gobierno saber cuál es la verdad de esta muerte y le pidió a la Presidenta que abandone su «rol de victimizarse».
A más de una semana de la muerte del fiscal Alberto Nisman –director de la Unidad Fiscal AMIA que fue encontrado muerto de un disparo en la sien en su departamento en la torre Le Parc de Puerto Madero– aún continúan la conmoción, las dudas y las contradicciones.
Los agentes que custodiaban a Nisman, suspendidos
El jefe de la Policía Federal, Román Di Santo, pasó a disponibilidad a los agentes Luis Miño y Armando Niz, los dos custodios que tenían la responsabilidad de vigilar a Nisman y que, cuando fueron indagados por la fiscal Viviana Fein, incurrieron en graves contradicciones y diferencias en su declaración respecto de qué había sucedido el domingo 18 durante aquellas once horas en las que se presuponía que no había habido comunicación con sus superiores. Pero las declaraciones no están claras. No se sabe aún si los móviles tenían cobertura, y no coinciden en las horas.
El Diario La Nación desvela alguna de las peticiones de la fiscal del caso, entre ellas, que tome declaración a todos los vecinos del complejo Le Parc y especialmente a los que habitan en la torre Boulevard, donde Nisman vivía en el departamento 2 del piso 13. No hay imágenes de la salida de Lagomarsino del departamento del fiscal el sábado a la tarde, cuando él dice que fue a darle el arma que le había pedido para su protección. Pero cinco personas, entre ellas un grupo de jóvenes, compartieron con él ascensor, con lo que podrían darle una coartada sobre su salida.
Esas personas pueden ser vecinos o invitados. Hay que buscarles. A Lagomarsino le interesa ubicarlos para disolver las sospechas en su contra. Otra prueba que la jueza sugirió es identificar la huella dactilar parcial que estaba en el pasillo técnico de los acondicionadores de aire que une los departamentos. Muchas sombras aún, en un caso, que Kirchner quiere cerrar dejando su imagen impoluta cuando la realidad es una: el fiscal que la ponía en entredicho fue encontrado muerto con un tiro en la cabeza.