El atentado del 11 de Septiembre, en el que los terroristas de Al Qaeda secuestraon dos aviones y los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, marcó un hito en la seguridad de área.
Una de las primeras medidas que se adoptaron fue el fortalecimiento de las medidas de seguridad en todas las etapas de vuelo, desde la identificación de los pasajeros hasta la propia seguridad durante el trayecto. Una de ellas, fue establecer como obligatorio el uso de puertas blindadas en las cabinas, así como la apertura de la cabina solo desde el interior de la mismas. Asimismo, se establecieron nuevos monitores y avisos de emergencia.
Además, el 11-S supuso el aumento de las medidas de control en los aeropuertos. Desde entonces, no se puede viajar con líquidos o geles y algunos aeropuertos obligan a descalzarse a los pasajeros para evitar que lleven algún sustancia explosiva.
Asimimo, el mayor atentado terrorista en suelo estadounidense, supuso la creación de la Tranportation Security Administration (TSA), un ente encargardo de vigilar la seguridad en la aviación y el incremento de controles.