El grupo Estado Islámico se apoderó de la totalidad de la histórica ciudad de Palmira, en el desierto sirio, haciendo temer la destrucción de sus tesoros arqueológicos por parte de los yihadistas.
La caída de esta ciudad de 2.000 años de antigüedad en manos del EI hace temer por sus célebres ruinas, inscritas como patrimonio mundial de la Unesco.
Además de controlar la mitad del país, el grupo yihadista se ha apoderado de la práctica totalidad de los campos petrolíferos y de gas en Siria, tras la toma de dos instalaciones de gas cerca de Palmira.
Al menos seis provincias sirias en manos de los yihaistas
El EI ya tiene la mayor parte de las provincias de Deir Ezzor y Raqa (norte), y una fuerte presencia en Hasaké (noreste), Alepo (norte), Homs y Hama (centro).
La ciudad de Palmira es estratégica para el EI porque está situada en el gran desierto sirio, limítrofe con la provincia de Al Anbar en Irak, que los yihadistas controlan en gran parte.