El ciclón Pam ha destruido y llenado de lágrimas a Vanuatu, el país considerado el más feliz del mundo y que ahora llora por tragedia que ha provocado la naturaleza en sus pueblos y entre su gente.
Vanuatu está considerado el lugar más feliz del mundo aunque su PIB esté en el puesto 207 a nivel mundial de un total de 233 países. Al menos es el lugar más feliz según el Índice del Planeta Feliz (HPI). El HPI es un informe desarrollado por la asociación inglesa New Economics Foundation que focaliza su atención en aspectos básicos y cotidianos de la supervivencia, en cierta armonía con la naturaleza, descartando casi por entero cuestiones económicas como el Producto Interior Bruto per cápita (PIB) del país: aunque el PIB sea alto, puede estar mal repartido, por ejemplo. La medición no se basa en la cuota de sonrisas que sus ciudadanos dispensan al prójimo sino en la fórmula siguiente: Bienestar (cultura, gastronomía, etc.) por Esperanza de Vida dividido por Impacto Ecológico.
En el ranking el resultado de España es España 43, ocupando así el puesto 97 a nivel mundial de países más felices. El resultado de Vanuatu es de 68,2.
Tras el edén de Vanuatu, en segundo lugar del HPI, se encuentra Colombia. Luego viene Costa Rica, República Dominicana, Panamá, Cuba, Honduras, Guatemala, El Salvador…
Vanuatu no posee ejército permanente, ha logrado preservar sus playas, su flora y su fauna; sus habitantes viven un promedio de 68,6 años. En algunos sentidos incluso es un país moderno, aunque algunas islas, como Tanna, que está poblada íntegramente por melanesios, mantienen una vida más tradicional. Las aldeas que propugnan esta clase de vida se conocen como kastom (del inglés custom, costumbre), y allí quedan prohibidos los inventos modernos; los niños no van a la escuela y los hombres se adornan la entrepierna con un falo construido por un calabacín hueco y seco. La medición no se basa en la cuota de sonrisas que sus ciudadanos dispensan al prójimo sino en la fórmula siguiente: Bienestar (cultura, gastronomía, etc.) por Esperanza de Vida dividido por Impacto Ecológico. En Vanuatu apenas se conoce el estrés y la naturaleza rodea a sus habitantes.
Lo más importante para conseguir esa felicidad no son solo sus paisajes naturales, sino el sentido comunitario de Vanuatu que hace que la población se sienta siempre como en familia, lo que les produce mucha alegría.
La República de Vanuatu, con una población censada de 252.000 habitantes, está compuesta por un conglomerado de islas que en su mayoría son montañosas y de clima tropical o subtropical. Fue descubierta en 1606 por el explorador hispano-portugués Pedro Fernández de Quirós, que bautizó el archipiélago con el nombre de Australia del Espíritu Santo, creyéndose que había encontrado la Terra australis. Los idiomas oficiales son el inglés, el francés y el bislama (un idioma criollo que evolucionó del inglés), además de poseer alrededor de 100 lenguas locales.
El bislama escribe muchas palabras tal como suenan en inglés, o como lo haría alguien que no domina el inglés. Por ejemplo: please (plis) o thank you (tangkyu). está compuesta por 83 islas. Su mayor ciudad es la capital Port Vila, situada en la isla de Éfaté. Los idiomas oficiales son el inglés, el francés y el bislama (un idioma criollo que evolucionó del inglés), además de poseer alrededor de 100 lenguas locales. Las divisiones territoriales son muy ingeniosas, pues el país se divide en seis provincias cuyos nombres son acrónimos de los nombres de las islas que las componen.
Piden ayuda y solidaridad internacional
El presidente de Vanuatu apeló a la solidaridad internacional para paliar los daños del que podría ser uno de los peores desastres ocurridos en el océano Pacífico. Aunque aún se desconoce el alcance total de los daños, Naciones Unidas manejaba informaciones no confirmadas de al menos 44 muertos solo en una provincia, mientras que varios medios de comunicación citaban a la Oficina nacional de gestión de desastres.
Las ONGs describían escenas de casas destruidas, árboles caídos y carreteras cortadas, como resultado del Super Ciclón Pam, una tormenta de categoría 5, la máxima posible, con vientos de hasta 320 kilómetros por hora.
El presidente, Baldwin Lonsdale, que se encontraba en una conferencia de la ONU en Japón precisamente sobre la reducción del riesgo de desastres naturales, pidió el apoyo internacional. «Hago un llamamiento en nombre del gobierno y del pueblo de Vanuatu a la comunidad internacional para que aporte su ayuda para hacer frente a esta calamidad», declaró emocionado el mandatario.
«Compañeros jefes de Estado, gobiernos y colaboradores para el desarrollo, todos hemos sufrido algún tipo de desastre en algún momento u otro. Hoy apelamos su ayuda», añadió.
El paso de Pam por el archipiélago de Vanuatu golpeó duramente la capital, Port Vila, causando graves inundaciones.
«La escena esta mañana es de absoluta desolación, las casas están destruidas, los árboles arrancados, las carreteras están bloqueadas y la gente vaga por las calles en busca de ayuda», afirmaba el cooperante de Save the Children Tom Skirrow, desde la capital.
Unicef informó de que ya estaba trabajando con los responsables nacionales de desastres de Vanuatu, Fiyi y las Islas Salomón para ofrecerles apoyo.
Australia ofreció asistencia e informó de que había personal médico y de rescate a la espera de partir en cuanto fuera posible. Otros países anunciaron donaciones: Gran Bretaña ofreció 2,9 millones de dólares, Nueva Zelanda, 733.750 dólares y la Unión Europea, 1,05 millones.
«Un desastre de esta magnitud jamás ha ocurrido en Vanuatu en la historia reciente, particularmente en cuanto al alcance del daño potencial y la ferocidad de la tormenta», aseguró Sune Gudnitz, responsable de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios en el Pacífico.
«Aunque es demasiado pronto para decirlo con certeza, los primeros informes indican que esta catástrofe natural podría ser una de las peores en la historia del Pacífico», dijo en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef en Nueva Zelanda, Vivien Maidaborn.
El ciclón cruzó la isla principal de Vanuatu, donde viven 65.000 personas, y varias islas situadas al sur, en las que residen 33.000 habitantes.
La Federación internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja explicó que aunque haya habido víctimas en Port Vila, se teme sobre todo por los habitantes de las islas del sur del archipiélago, donde quedaron cortadas todas las comunicaciones. World Vision alertó de que podría tardarse semanas en llegar a las islas más remotas afectadas por la tormenta.
Desde Japón, el secretario de ONU, Ban Ki-moon, dijo haber presentado su pésame el sábado por la mañana al presidente de Vanuatu y expresó su solidaridad con los habitantes del archipiélago.