Más de 80.000 personas, cerca de la mitad civiles, murieron en Siria desde que empezó en marzo de 2011 la revuelta contra el régimen del presidente Bashar Al Asad, anunció este domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
De los fallecidos, 34.473 son civiles, entre ellos 4.788 niños y 3.048 mujeres. A ellos se suman 12.916 combatientes rebeldes y 16.729 soldados regulares. Hay que contar además a 1.847 rebeldes no identificados, 1.924 desertores y 2.368 personas no identificadas pero cuya muerte se ha confirmado a través de archivos audiovisuales.
El recuento de víctimas comenzó el 18 de marzo de 2011, cuando se registró la primera víctima mortal en la ciudad de Derá y alcanza hasta la fecha de ayer, sábado 11 de mayo de 2013.
La revuelta, que empezó con manifestaciones pacíficas pidiendo democracia, reprimidas violentamente, se transformó en una guerra civil que según la ONU ha dejado 4,2 millones de desplazados y 1,4 millones de refugiados.