Representantes de los talibán llevan desde hace semanas manteniendo reuniones con el enviado especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad, para preparar el terreno para el inicio de un proceso de paz. El Gobierno de Estados Unidos ha aceptado dialogar con los talibán para tratar de poner fin a un conflicto que se prolonga desde la caída de su régimen, en 2001.
Los talibán han señalado en un comunicado, tras el ataque en el que el lunes mataron a más de 100 personas en una base del servicio de Inteligencia afgano (DNS) en la provincia de Maidan Wardak, que sus representantes participarán en las conversaciones que están previstas en Doha.
Los talibán y los presentantes de Estados Unidos se han reunido en cuatro ocasiones desde julio de 2018, en un intento por avanzar hacia la consecución de un proceso de paz que ponga fin a la guerra. Sin embargo, no está claro qué efecto tendrá en el diálogo el atentado contra la base de la Dirección Nacional de Seguridad en Maidan Wardak.
El último balance de ese atentado es de 126 agentes de la DNS muertos. El ataque comenzó el lunes por la mañana cuando un terrorista suicida detonó un vehículo lleno de explosivos cerca de la cita base, que alojaba a 150 agentes. Todos los supervivientes han sufrido heridas según las autoridades locales.
Mohamad Sardar Bajtyari, miembro del consejo provincial, ha dicho que se han recuperado 60 cuerpos entre los escombros y que el balance podría ascender a unos 130 muertos. Bajtyari ha denunciado que el Gobierno central está ocultando la cifra real de víctimas del ataque.
Salim Asghakhel, responsable del departamento de Salud Pública en la provincia, ha dicho que la explosión que dio comienzo al atentado provocó el derrumbe de parte del edificio de la DNS, compuesto por dos plantas. Fuentes militares han señalado que cada día mueren unos 35 agentes de las fuerzas de seguridad afganos en ataques y enfrentamientos.
Mientras tanto, Estados Unidos sigue estudiando la posibilidad de retirar una parte significativa de los cerca de 14.000 militares que mantiene desplegados en el país centroasiático junto a unos 7.500 uniformados de otros países aliados.