El 9 de enero de 1954, la empresa de tecnología IBM presentaba en Estados Unidos la primera calculadora electrónica del mundo, cuyo mecanismo estaba fabricado con transistores, una tecnología revolucionaria para aquella época.
La calculadora, que sirve para realizar cálculos aritméticos de forma rápida y sencilla, no solo se utiliza en matemáticas, sino también en estadística, campos gráficos y trigonometría.
El primer modelo se presentó públicamente en 1957 y tenía un tamaño y un precio más que considerable (80.000 dólares). A los tres años, lanzaron modelos más comerciales y, gracias al desarrollo tecnológico del sector, los precios fueron siendo más asequibles. Ese mismo año, la compañía japonesa Casio Computer lanzó la primera calculadora compacta totalmente eléctrica del mundo.
A partir de entonces, comenzaron a aparecer en el mercado calculadoras más versátiles y con precios más reducidos hasta la aparición de calculadoras portátiles y de bolsillo que revolucionarían el trabajo de oficina en la década de los 70.