Con su rostro hierático, cultivado durante sus años en el KGB, el presidente de Rusia Vladimir Putin ha reconocido finalmente este jueves que las tropas de la Federación, sin distintivos y enmascaradas, fueron las que tomaron la península ucraniana de Crimea el pasado marzo, antes de que celebraran una consulta y se unieran a Rusia.
Además, Putín aprovechó un programa de TV para amenazar con una intervención militar directa en territorio ucraniano, al asegurar que espera «no tener que hacer uso del derecho que lo otorgó en marzo pasado el Senado ruso para enviar tropas a Ucrania.
El inquilino del Kremlin respondía así en directo por televisión en su tradicional «Línea Directa» con los ciudadanos del país a una pregunta sobre la posibilidad del despliegue de soldados rusos en el sureste de Ucrania.
«Espero realmente no verme obligado a usar este derecho», dijo el mandatario, recordando que cuenta con luz verde desde el primero de marzo para enviar a las fuerzas armadas rusas para defender los derechos de los rusos étnicos, y rusoparlantes, mayoritarios en gran parte del este de Ucrania.
Estuvimos en Crimea, pero no en Ucrania
Putin desmintió que hubiera actualmente unidades rusas en Ucrania, pero admitió por primera vez que unidades rusas estuvieron en Crimea durante el referéndum de marzo, que permitió la incorporación de esa península ucraniana a Rusia.
En el terreno, las fuerzas ucranianas acumulan los reveses frente a los grupos armados en la región de Sloviansk, ciudad emblemática de la última serie de insurrecciones prorrusas, controlada desde el sábado por fuerzas separatistas.
El miércoles, manifestantes y hombres armados rodearon una columna de la 25º Brigada Paracaidista ucraniana a pocos kilómetros al sur de Slaviansk y obligaron a sus efectivos a deponer las armas. Milicianos con uniformes no identificados se apoderaron de seis vehículos blindados y los incorporaron, con banderas rusas, a la defensa de Slaviansk.
Here»s APC moments after its capture in #Kramatorsk. Note Russia Federation. tricolour. This is, or was, Ukraine pic.twitter.com/lDQ3NAkFMt
— Luke Harding (@lukeharding1968) abril 16, 2014
El presidente ucraniano, Alexander Turchínov, anunció el jueves la disolución de la columna, a la que acusó de «cobardía», e indicó que sus miembros serán procesados. En Donetsk, ciudad rusohablante del este, una veintena de hombres armados y encapuchados ocuparon el ayuntamiento.
Según Ucrania y las potencias occidentales, los milicianos separatistas, llamados «hombres verdes» en Ucrania, son soldados de élite rusos como los que operaron en Crimea.
Esperanza en Ginebra
Rusia, Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea iniciaron el jueves las negociaciones en Ginebra en busca de una salida a la crisis de Ucrania, que según el presidente ruso Vladimir Putin corre el riesgo de caer en «el abismo».
Apenas unas horas antes del inicio de la reunión, las fuerzas de seguridad ucranianas repelieron un ataque contra una unidad de la guardia nacional en Mariupol, dejando un saldo de tres milicianos prorrusos muertos y trece heridos, según el ministro ucraniano del Interior, que también dio parte del arresto de 63 militantes.
En la reunión de Ginebra participan el canciller ruso, Serguei Lavrov; la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton; el secretario de Estado norteamericano, John Kerry; y el ministro de Exteriores ucraniano, Andrei Deshchitsa.
Putin, que esta semana ya evocó el riesgo de una «guerra civil» en Ucrania, declaró el jueves en la televisión que «el diálogo» es la única salida a la crisis y que el recurso a la fuerza llevaría al país «al abismo».