Estado Islámico busca familias enteras para poblar sus fronteras. No solo quieren un ejército sino también construir una sociedad. Así el grupo, que se ha comprometido en crear una nación bajo la ley Islámica está animando a médicos, enfermeros, abogados e ingenieros a que se unan a ellos y construyan el estado.
Familias enteras han respondido al llamamiento de los yihadistas. “Estas familias consideran que están haciendo lo correcto para sus hijos”, asegura la experta del King’s College International Center for the Study of Radicalization de Londres, Melanie Smith.
Precisamente, este intento de poblar del territorio es una de las diferencias fundamentales del Estado Islámico con Al Qaeda. Mientras que la matriz, es una organización sin Estado y cuyos miembros están repartidos, para EI es fundamental crear esa entidad territorial. “Para atraer a las familias, es fundamental que EI consoliden su organización política”; señala Smith.
Para ello, en la ciudad siria de Raqqa, los extremistas han establecido una clínica para mujeres embarazadas que está dirigida por una ginecóloga inglesa. En la escuela, solo los niños acuden y estudian, exclusivamente, religión hasta los 14 años, después empieza su instrucción militar. En cuanto a las mujeres, acuden a las escuela hasta los 18 y estudian el Corán y la ley islámica.
El principal gancho para que las familias acudan a su territorio es el salario con el que convencen a las familias: 1.100 dólares. Un sueldo elevadísimos para vivir en la ciudad Siria, donde no hay posibilidad de gastar ya que cualquier actividad occidental está prohibida.
Precisamente, «si el régimen no suministrara telecomunicaciones y salarios, no podría sobrevivir«, asegura Hassan Hassan, un analista sirio del Instituto Delma.
Según las estimaciones, alrededor de 15.000 personas han viajado al Califato, incluidos occidentales. Aunque es muy difícil saber el número exacto de familias que viven en territorio yihadista, los analistas creen que la mayoría procede de Túnez, Arabia Saudí y Jordania.