Al menos 200 civiles sursudaneses se ahogaron el martes al naufragar el transbordador que los transportaba en el Nilo Blanco cuando escapaban de los combates en la ciudad de Malakal, indicó un portavoz del ejército.
«Nuestros informes señalan entre 200 y 300 personas, incluyendo mujeres y niños. El barco estaba sobrecargado», declaró a la AFP el portavoz militar Philip Aguer. «Todos se ahogaron. Estaban huyendo de nuevos enfrentamientos en Malakal», agregó.
Según el portavoz el accidente, uno de los peores de este tipo desde el comienzo de los combates, hace cuatro semanas, tuvo lugar el martes por la mañana Pero los medios locales señalaron que se produjo antes, durante la noche del domingo.
Los combates que empezaron el 15 de diciembre, provocados por la rivalidad entre el presidente Salva Kiir y su exvicepresidente Riek Machar, destituido en julio y ahora líder de los rebeldes, han causado ya 400.000 desplazados y más de 1.000 muertos, según la ONU.
Kiir acusa a Machar y los suyos de haber intentado dar un golpe de Estado. Riek Machar lo niega y acusa al presidente de querer eliminar a sus rivales.
En Malakal, los rebeldes lanzaron un nuevo ataque para tratar de tomar la ciudad. «Hay combates dentro y en los alrededores de Malakal», dijo el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Toby Lanzer, y señaló que el número de refugiados en la base de la ONU en la zona ha pasado de 10.000 a 19.000 personas.
El ejército indicó por su parte que hay intensos combates en el sur de Bor, la capital del estado de Jonglei (este), el centro de los enfrentamientos desde mediados de diciembre. El ejército intenta retomar el control de la ciudad, en manos de los rebeldes.
«Estamos avanzando hacia Bor, hubo combates muy intensos el lunes por la noche», dijo Aguer.
El portavoz del ejército negó sin embargo que los rebeldes hubieran tomado el puerto de Mongalla, situado a unos 50 km de Juba, la capital sursudanesa, en la ruta a Bor. «Estamos al norte de Mongalla, controlamos completamente la zona», afirmó, aunque reconoció combates persistentes a unos 20 km al sur de Juba.
En Adis Abeba, la capital de Etiopía, la comunidad internacional continuaba presionando al gobierno y a los rebeldes.
El lunes, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, de visita en Etiopía, y su homólogo etíope Hailemariam Desalegn, pidieron a los beligerantes que acuerden rápidamente un alto el fuego.
Las conversaciones entre ambos bandos se reanudaron el martes después de haber sido interrumpidas el lunes, cuando las delegaciones se negaron a reunirse en la discoteca del Hotel Sheraton, donde fueron relegadas para hacer lugar a la delegación nipona.