Unos 5.000 cristianos asirios abandonaron sus casas en Siria después de que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) secuestrara a decenas de personas de esta confesión.
Cerca de 1.000 familias han huido desde el lunes de sus casas en el noreste sirio para refugiarse en las ciudades de Hasake y Qamishli, «o sea, casi 5.000 personas», declaró a la AFP Osama Edward, director de la red asiria de los derechos humanos con sede en Suecia.
Desde el lunes, los yihadistas han secuestrado a 90 sirios de la comunidad asiria en la provincia de Hasake, fronteriza con Turquía y con Irak, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). Según Edward, el número de rehenes «en su gran mayoría mujeres, niños y ancianos, oscila entre 70 y 100 personas». Los rehenes fueron llevados a Shadadé, un bastión del EI en la provincia de Hasake.
Las autoridades estadounidenses condenaron «con firmeza» el miércoles los secuestros en masa perpetrados por el EI en Siria y en Irak. «Los yihadistas irrumpieron en las casas el lunes hacia las 04H00 de la madrugada cuando todo el mundo dormía» en la región de Al Jabur, nombre del río que bordea 35 localidades asirias de la provincia de Hasake, declaró Edward.
Desde la red asiria de los derechos humanos con sede en Suecia denuncian que el EI había pedido a los lugareños hace unas semanas que quitaran las cruces de las iglesias. «Saben muy bien que secuestrar a cristianos da mucho que hablar a nivel internacional», explica Edward.
Venganza por las derrotas
Según el OSDH, «el EI atacó para vengarse de los kurdos que lanzaron una ofensiva, con la ayuda de los bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, para recuperar pueblos de Hasake». Los combatientes kurdos han recuperado tres localidades asirias y una localidad de mayoría suní, pero los combates prosiguen.
«Las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) han tomado Tall Masri, Tall Hermel y Ghbeich«, dijo el director del OSDH, Abdel Rahman.
«El EI pierde terreno por los bombardeos de la coalición y tomaron a estos rehenes para convertirlos en escudos humanos», estima Edward, quien cree que intentarán canjearlos por prisioneros yihadistas en manos de los kurdos.
También aseguró que en Tall Shamiram, los yihadistas quemaron parcialmente una iglesia. En la localidad musulmana de Ghbeish, acusaron a los habitantes de colaborar con los kurdos y decapitaron a cuatro además de incendiar viviendas y una escuela.
Alrededor de 30.000 asirios, una de las comunidades más antiguas convertidas al cristianismo, vivían en Siria antes del comienzo de la guerra en 2011, la mayoría de ellos en Hasake.