Michelle Bachelet ha logrado la victoria en segunda vuelta, con un amplio respaldo de la mayoría de los chilenos. Entre sus promesas electorales figura la reforma de la Constitución. Sin embargo, aunque Bachelet cuenta con el apoyo de la coalición Nueva Mayoría y tendrá mayoría en ambas cámaras del Congreso, no será suficiente para reformar la Constitución o aprobar leyes que exigen altos quórum. Sobre esa base, tendrá buscar acuerdos con otros sectores.
Entre los sectores con los que tendrá de negociar están, a parte de la derecha de Matthei, todos los grupos estudiantiles y movimientos sociales que exigirán rápidas reformas estructurales a la presidente electa. En este sentido, la reforma educativa es uno de los pilares de su programa electoral. Gratuita y de calidad serán los pilares de su reforma.
El gran problema de la educación chilena es su elevado coste, ya que la enseñanza pública es prácticamente inexistente y eso «provoca una escasa movilidad social ascendente y elitismo en la sociedad, especialmente en el ámbito universitario», explica Francisco Juárez Rubio, profesor de la Universidad de Lleida
A ello se suma que el poder en sectores estratégicos «sigue repartiéndose entre unas pocas familias, hecho que se espera que cambie en los próximos años con la apertura de la sociedad y con la introducción de cambios en la educación y en el sistema fiscal por parte de Bachelet que afectarán fundamentalmente a la clase media y alta», concluye
Y la economía. El país experimenta una desaceleración económica y caída en las inversiones mineras en Chile, el principal productor mundial de cobre. Tras una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) superior a 5% en los últimos tres años, la economía chilena cerraría este año con un crecimiento en torno a 4,2% y para 2014 el Banco Central proyectó una expansión en un rango de entre 3,75% y 4,75%.