«El pueblo norcoreano está de luto oficial tras la muerte de Kim Jong Il y entendemos que es un momento difícil para ellos», ha señalado el ministro de Exteriores británico, William Hague, en un comunicado.
En su opinión, «este podría ser un punto de inflexión para Corea del Norte». «Esperamos que su nuevo líder reconozca que el compromiso con la comunidad internacional ofrece las mejores perspectivas de mejorar las vidas de los ciudadanos norcoreanos», ha afirmado Hague.
Así las cosas, ha animado a Corea del Norte a que «trabaje por la paz y la seguridad en la región y dé los pasos necesarios para permitir la reanudación de las conversaciones a seis sobre la desnuclearización de la península Coreana».
Las conversaciones a seis, en las que participan las dos Coreas, China, Japón, Rusia y Estados Unidos, permanecen bloqueadas desde abril de 2009, pese a los esfuerzos diplomáticos para que Pyongyang acceda a volver a las mismas.