Con sólo 26 años, John Winfield se convirtió en un asesino tras segarle la vida a dos amigas de su exnovia y y dejar ciega a la que era la madre de sus hijos. Winfield, que vivía en el condado de San Luis (Misuri), fue detenido el 10 de septiembre de 1996, un día después de haber cometido su ataque.
En 1989, Winfield comenzó a salir con Carmelita Donald, con la que mantuvo una relación con serios altibajos hasta la primavera de 1996 y de la que nacieron sus dos hijos. En verano de 1996, cuando la relación parecía haber llegado a su fin real, Winfield vivía en San Luis, cerca del apartamento donde Carmelita vivía con sus hijos, su hermana Melody y su amiga Arthea Sanders. Entonces, Carmelita comenzaba a salir con Tony Reynolds, relación que lograron mantener en secreto no más de un mes.
Durante la noche del 9 de septiembre, Carmelita salió con su entonces pareja y Winfield se dedicó a llamar continuamente a su casa. Dónde estaba, con quién estaba, Winfield quería saberlo todo y pidió a su hermana Melody que Carmelita le llamara al regresar.
Cuando Carmelita y su novio Tony llegaron al apartamento, vieron el coche de Winfield aparcado en frente, así que para evitar cualquier disputa, decidieron irse hasta la casa de la prima de él. Ella accedió a acercarla a casa, con el objetivo de que Winfield, en caso de seguir por la zona, viera que llegaba con una mujer.
Fue entonces cuando Winfield la abordó y empezó a hacerle preguntas sobre su novio. Mientras tanto, Arthea, que vivía con Carmelita, salió a la calle para pinchar las ruedas del coche de Winfield y pidió a Melody que llamara a la Policía, aunque finalmente al comprobar que su hermana estaba bien, no lo hizo. Dentro de la casa oyeron cómo se cerraba de un golpe una puerta, así que asumieron que se trataba de Winfield, que finalmente se estaba yendo. No obstante, Winfield entró al edificio y subió las escaleras, armado.
El condenado entró al apartamento de la vecina de abajo, Shawnee Murphy, a la que disparó en la cabeza. Después atacó a Carmelita contra la que disparó en repetidas ocasiones. Carmelita sobrevivió, pero perdió totalmente la visión. Mientras, la hermana de Carmelita, Melody, intentaba huir por la puerta de atrás pero no pudo escapar de Winfield, quien también le disparó en la cabeza, aunque tampoco murió. Arthea no corrió la misma suerte, ya que también fue víctima de la ira de Winfield.
Al día siguiente, Winfield fue detenido en su casa. Pero hicieron falta dos años para declararle culpable de un doble asesinato y condenarlo a muerte. Más de 15 años ha estado Winfield en una prisión de Misuri esperando a que la inyección letal acabara con su vida: nueve minutos tardaron los fármacos en hacer el efecto esperado.