Otras 2.539 personas en seis prefecturas aún se dan por desaparecidas por una catástrofe donde el 90 por ciento de los fallecidos perdieron sus vidas por el tsunami que siguió al seísmo de magnitud 9,0.
La ola gigante golpeó las áreas costeras con olas de más de diez metros de altura, inundó cuatro de los seis reactores nucleares de la planta de Fukushima I y provocó fallos en los sistemas de refrigeración que derivaron en el peor accidente nuclear después de Chernóbil.
Según varias estimaciones, Japón tardará casi 40 años en recuperarse completamente de la tragedia.
El cataclismo provocó el desalojo de unas 470.000 personas, incluyendo más de 73.000 que seguían evacuadas a mediados de febrero pasado debido a las demoras en los programas de reconstrucción.
El primer ministro del país, Shinzo Abe, ha asegurado en el acto conmemorativo de hoy que la restauración de un 90 por ciento de las viviendas se completaría en las próximas semanas. «Nos centraremos en acelerar las obras de restauración para mejorar las condiciones de vida en las áreas afectadas», ha subrayado.
Abe ha pedido «extraer las lecciones aprendidas» de la tragedia y ha prometido «continuar con la construcción de una nación fuerte, capaz de resistir las catástrofes».