Israel, que acusa a Hamas del secuestro y el asesinato de tres jóvenes israelíes en Cisjordania ocupada, preparaba represalias este martes, procurando evitar que generen un conflicto regional o fuertes críticas en el extranjero.
En la noche del lunes, Israel lanzó unos 30 ataques aéreos contra la Franja de Gaza, apuntando a terrenos de entrenamiento de grupos armados, sin que se registrasen víctimas. Por otra parte, el ejército israelí mató a un joven palestino el martes durante una incursión en el campamento de refugiados de Jenin (norte de Cisjordania).
El mundo pide serenidad a Netanyahu
Los dirigentes internacionales y los principales analistas israelíes pidieron serenidad al primer ministro Benjamin Netanyahu, que acusó del asesinato al movimiento islamista Hamas, aconsejando que ordenase operaciones selectivas y limitadas.
«Nosotros consideramos al Hamas responsable del secuestro y del asesinato de los jóvenes y sabemos como ajustarles las cuentas», declaró el ministro israelí de Defensa, Moshe Yaalon. El gabinete de seguridad israelí, integrado por los principales ministros, se reunió el lunes bajo la presidencia de Netanyahu, y reanudará sus discusiones el martes al anochecer.
El Hamas, que negó estar involucrado en el rapto, dijo apoyar «cualquier acto de resistencia contra la ocupación israelí» y prometió a Israel que «si se lanza en una guerra o en una escalada, abrirá las puertas del infierno«.
El presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas convocó a una reunión de su dirigencia. El acuerdo de reconciliación con Hamas, que desembocó el 2 de junio en la formación de un gobierno de personalidades independientes, común a Cisjordania y Gaza, parecía cada vez más amenazado.
El editorialista del diario Yediot Aharonot afirmó que espera que los ministros involucrados «pensarán primero en el enemigo exterior y sólo después en las presiones del interior».
«Israel debe continuar atacando al Hamas» pero «con inteligencia y quirúrgicamente», sin castigar a la población ni a la Autoridad Palestina, escribió.
Según el diario Haaretz, Yaalon propuso transformar una ex base militar israelí en Cisjordania en colonia, en homenaje a los tres jóvenes.
El especialista militar de Haaretz destacó que «el objetivo declarado del gobierno es la disuasión con los palestinos, pero su objetivo práctico es tranquilizar a los israelíes», señalando el peligro de que se produzca una ola de agresiones individuales contra la minoría árabe o los palestinos.
La policía israelí fue puesta en estado de alerta en todo el territorio por temor a atentados o a represalias.
Haaretz advirtió que «hay una gran tentación política de tomar medidas espectaculares contra el Hamas en Gaza», pero eso podría desencadenar andanadas de cohetes contra la región de Tel Aviv.
Según esa hipótesis, opinó el analista del cotidiano Maariv, «el Hamas recuperaría un poco de simpatía internacional porque sería atacado por el gran y poderoso Israel. Después de tres días, nadie se acordaría de los tres jóvenes asesinados y todo el mundo hablaría de la población palestina bajo la bota del ocupante».
Estados Unidos y la Unión Europea condenaron enérgicamente el asesinato de los jóvenes israelíes.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, pidió «moderación a todas las partes involucradas para no agravar aún más la situación frágil en la región».
Desde ese secuestro, el ejército israelí mató a cinco palestinos durante su operación en Cisjordania, arrestó a 420 palestinos, 305 de los cuales son miembros del Hamas, y registró más de 2.200 edificios.
Un grupo desconocido autodenominado «Partidarios del Estado Islámico» que juró fidelidad al jefe de la formación yihadista «Estado Islámico», activo en Siria e Irak, reivindicó el secuestro y el asesinato, en un comunicado publicado en sitios islamistas.
HRW habla de crímenes de guerra
Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este martes que el asesinato de los tres jóvenes israelíes secuestrados el pasado 11 de junio cerca del asentamiento de Kfar Etzion, en Cisjordania, podría considerarse un «crimen de guerra» si fue cometido por un grupo armado, al tiempo que ha asegurado que este homicidio es un hecho «injustificable» y «deplorable».
Israel ha atribuido al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) la autoría de este rapto pero el grupo islamista no ha confirmado tal extremo. La autoría del secuestro continúa sin aclararse aunque varios grupos terroristas la han reivindicado.
El pasado 26 de junio, las autoridades israelíes publicaron los nombres de los dos palestinos sospechosos del secuestro, ambos relacionados con Hamás. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha asegurado que «Hamás es responsable» del rapto y que «pagará» por lo que ha hecho. Por su parte, la organización ha negado su implicación.
Las fuerzas de seguridad israelíes ya han comenzado su ofensiva y, supuestamente, la noche del 30 de junio desalojaron las viviendas de los dos sospechosos, Marwan Qawasme y Amer Abu Aisha, y detonaron explosivos que dañaron la casa de Qawasme, cerca de Hebrón.
HRW también ha condenado este «castigo colectivo» impuesto por el Gobierno israelí a las familias de los sospechosos palestinos, que ni siquiera han sido acusados oficialmente. La directora de HRW en Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson, ha aclarado que «el asesinato de tres adolescentes es horrible, pero no justifica los abusos por parte de las fuerzas israelíes» y ha pedido al Ejército de Israel que responda «de acuerdo con sus obligaciones legales internacionales».
«Secuestrar y matar civiles siempre es un delito injustificado», ha dicho Whitson. «Es horrible que las víctimas en este caso incluyan niños», ha concluido.