El bombardeo es resultado de «información precisa de inteligencia» que permitió atacar a los efectivos del grupo yihadista en el distrito de Hawiya, cerca de Kirkuk, según han informado medios de comunicación locales.
El entonces primer ministro de Irak, Haider al Abadi, anunció el 9 de diciembre de 2017 el «fin de la guerra» contra Estado Islámico en el país, después de que los militares recuperaran los últimos bastiones que aún permanecían bajo control de la organización yihadista.
El grupo yihadista ha quedado recluido en algunos puntos de la provincia siria de Deir Ezzor en la orilla oriental del río Éufrates, cerca de la frontera con Irak –donde fue derrotado militarmente a final de 2017–, y zonas del desierto sirio.
Estado Islámico ha seguido perpetrando atentados de forma frecuente en Irak y ha lanzado varias ofensivas en los últimos meses en Siria para intentar expandir sus territorios y reducir la presión a la que se está viendo sometido.