Irán se encuentra ahora en el punto de mira de la comunidad internacional pues podría anunciar una posible alianza para sumarse a la lucha del Estado Islámico en la que ya forman parte un total de 40 países y que necesitan un aliado en Oriente Medio, un actor clave en el enclave estratégico oriental.
Pero su presidente, Hassan Rohaní nunca va a dar su brazo a torcer ni va a admitir formalmente que va a sumarse a la coalición que encabeza Barack Obama, pues Estados Unidos ha sido tradicionalmente su antagonista principal. Sí que es significativo que este miércoles Rohaní se reuniera con David Cameron, casi 40 años después de que se instaurase la República Islámica y la caída del Sha y que muchos ciudadanos occidentales tuvieran que escapar de Teherán ante el conflicto diplomático que se produjo entonces.
En 1978 se produjo la instauración de una República Islámica en Irán, la llegada de los ayatolás después de que se aboliese la monarquía que había llevado al poder del Sha. Esta se produjo como consecuencia de una revolución llevada a cabo por los ayatolás, pero que produjo una crisis en la que Estados Unidos se vio contra las cuerdas ante el secuestro de 60 rehenes en la embajada norteamericana. La tensión fue brutal, 300 ciudadanos iraníes entre estudiantes y militantes islámicos radicales asaltaron la embajada estadounidense y secuestraron a estas 60 personas. Fueron liberados en 1981, como consecuencia de la mediación de Argelia, pero la enemistad con Estados Unidos continuó.
De fondo se encuentran las negociaciones sobre la capacidad nuclear que tiene Irán, esta es la reunión de los llamados 5+1 que pretende poner en claro, o al menos poner encima de la mesa qué va a ocurrir con el programa nuclear de Irán. No obstante las declaraciones son confusas, Irán y sus dirigentes solo amenazan, no sacan nada en claro. Y no quieren ceder a las presiones, porque sería una afrenta dejarse presionar por Estados Unidos.
El llamado grupo G5+1, compuesto por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EE.UU., Rusia, China, Francia, Reino Unido) y Alemania, son los encargados de llevar a cabo esta ronda de contactos. Unas consultas, en las que según Barack Obama, no se van a mezclar los asuntos que conciernen con la amenaza del EI.
Irán se ha caracterizado por su terquedad, considera ilegales los bombardeos que está llevando a cabo Estados Unidos sobre el territorio de Siria, los cuales tienen una razón de ser más o menos justa, que es frenar el avance del Estado Islámico sobre el terreno.
El líder supremo iraní, el ayatolá Jameini, ha llegado a decir que los dirigentes estadounidenses «tienen las manos sucias», pero es cierto que los yihadistas suníes radicales pueden tornarse como una seria amenaza para su país, puesto que la corriente mayoritaria profesa la shia, es decir, son de mayoría chií.
Un país en el que la libertad de expresión está vetada
Da la sensación que Irán se siente acorralado, quizá sea así porque siempre se haya enfrentado con otro de sus grandes antagonistas en Oriente Medio, Arabia Saudí. Tal y como afirmaba a Teinteresa.es el politólogo experto en islam Olivier Roy: «Arabia Saudí está luchando en dos frentes: contra la shia de Iran, defendiendo a los suníes, pero también contra los demócratas y los Hermanos Musulmanes. Así que está minando su propio terreno».
A pesar de sus constantes denuncias por la ilegalidad de los ataques aéreos que está llevando a cabo Estados Unidos, y la consiguiente estigmatización del mismo, lo cierto es que Irán no es el paradigma de la defensa de los derechos humanos más fundamentales, tal y como han denunciado siempre las ONG y el resto de instituciones.
En declaraciones a Teinteresa.es el coordinador de la sección iraní de Amnistía Internacional para España, Reindhard Lamfuss, explicaba que este miércoles mismo tuvieron noticias de que una persona fue ejecutada porque había hecho una interpretación analítica del Corán. Este es el ejemplo de la libertad de expresión y de pensamiento que lleva a cabo.
«No está cambiando nada, ni siquiera hay una mejora de los derechos humanos, no vemos hechos por la mejora de las personas», explica. Afirma que en Irán bailar en la calle es susceptible de recibir un castigo ejemplar, de hecho «pueden ser hasta latigazos». A la luz de estas afirmaciones parece difícil pensar que se puede llevar a cabo un entendimiento entre Estados Unidos e Irán.
«Las mujeres tiene vetado el acceso a los campos de fútbol, está prohibido», agrega. Es decir, las cuestiones más elementales de comportamiento de la vida civil no tienen ningún valor.