Los defensores del foie gras en California, donde la producción y la venta de este plato refinado están prohibidas desde el 1 de julio pasado, fracasaron en su intento por anular el fallo, pero anunciaron que apelarán.
Durante una breve audiencia ante un tribunal federal en Los Angeles, el juez Stephen V. Wilson rechazó los argumentos de un sindicato de productores canadienses de foie gras por parte de un grupo de restaurantes y de un productor de la región de Nueva York, que consideran anticonstitucional la prohibición.
El abogado de los demandantes, Michael Tenenbaum, afirmó que llevará el caso ante la corte de apelaciones del oeste de Estados Unidos, en San Francisco. Según él, la prohibición, impuesta el pasado 1 de julio, es «anticontitucional, vaga y contraria a las leyes del libre comercio». Afirma que la prohibición cuesta a sus clientes 15.000 dólares por día.
Hoy, un restaurante que incluye foie gras en su menú enfrenta una multa que puede alcanzar 1.000 dólares.
La decisión de California, esperada por los defensores de los derechos de los animales, suscitó desconcierto entre los productores y numerosos chefs estadounidenses e internacionales.
El impacto de la prohibición es practicamente nulo para los productores de Francia porque las exportaciones a Estados Unido ya habían caído en los últimos años de 13 a 5 toneladas, debido a restricciones sanitarias y veterinarias estadounidenses, según el Comité interprofesional del foie gras (CIFOG).
Las consecuencias son en cambio más importantes para los productores locales y canadienses, como la Asociación de los Criadores de Patos y Ocas de Quebec, uno de los demandantes en este proceso.