El condenado, Steven Bishop, de 41 años, reconoció haber comprado fuegos artificiales y contrar con instrucciones para fabricar un explosivo. El hombre planeaba un ataque con bomba contra la Mezquita Baitul Futú, en Morden.
El juez ha resaltado que «la detonación de uno o más de estos fuegos artificiales en la mezquita de Morden habría puesto en peligro las vidas de los que se encontraran en el lugar», según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
La Policía detuvo a Bishop en octubre de 2018 después de que mostrara fotografías de los preparativos que estaba realizando a una persona que informó del plan a la Policía Metropolitana de Londres.