El pasado miércoles, el Gobierno brasileño divulgó un comunicado en el que condenaba «enérgicamente el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel» y anunció que llamaría a consultas al embajador en Tel Aviv.
El Gobierno israelí contestó rápidamente a través de otro comunicado diciendo que Brasil «ignora» el derecho del Estado de Israel a «defenderse» y se declaraba decepcionado por la actitud de un país que consideraba aliado.
Al margen de esa nota, el portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel, Ygal Palmor, dijo, según la prensa israelí, que la decisión de llamar a su embajador a consultas demuestra que Brasil, a pesar de ser «un gigante económico y cultural, sigue siendo un enano diplomático».
Estas palabras sentaron especialmente mal en Itamaraty –sede del Ministerio de Exteriores brasileño–, que recordó que Brasil es uno de los 11 países de la ONU que tienen relaciones diplomáticas con todos sus miembros.
Ahora esperan que haya gestos de solidaridad de los países vecinos de Sudamérica en los próximos días, con la retirada de más embajadores de Tel Aviv.