«Esta semana hemos conseguido aclaraciones útiles sobre muchos puntos, por ejemplo el estatus de los trabajadores fronterizos, la agregación de derechos de seguridad social, procedimientos ante tribunales de justicia, pero no hemos registrado progresos decisivos sobre los temas principales», ha afirmado el francés en una rueda de prensa conjunta con su homólogo David Davis.
«Al ritmo actual estamos lejos de constatar progresos suficientes para poder recomendar al Consejo europeo empezar el debate sobre la futura relación entre Reino Unido y la UE mientras finalizamos durante el año 2018 el acuerdo de salida», ha añadido.
Por su parte, Davis ha subrayado que la semana de negociaciones ha sido «larga» y con «discusiones detalladas» en «múltiples áreas». «Creo que es justo decir que hemos tenido algún progreso concreto», ha afirmado el británico, aunque ha reconocido que «en algunas áreas falta camino por recorrer».
Con respecto a la cuestión sobre la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, Barnier ha señalado que las conversaciones durante la tercera ronda han sido «fructíferas» y que se han conseguido «verdaderos progresos» en relación al Área de Viaje Común (CTA por sus siglas en inglés). El jefe negociador de la UE ha indicado sobre este punto que ambas partes han aclarado el trabajo pendiente sobre la cooperación entre el norte y el sur de la frontera «dentro de los Acuerdos del Viernes Santo».
Davis ha calificado como una «buena discusión» las conversaciones mantenidas sobre esta materia, al mismo tiempo que ha garantizado que existe un «alto grado de convergencia» sobre las cuestiones «clave» de la frontera irlandesa.
Por otro lado, Barnier ha explicado que aún es necesario avanzar en materia de derechos de ciudadanos para «construir confianza». En este sentido, ha dicho que el envío por error de cartas de expulsión a un centenar de ciudadanos comunitarios en Reino Unido refuerza la posición del bloque comunitario sobre la necesidad de que la Justicia europea siga teniendo competencias.
FACTURA DEL BREXIT
En relación a las obligaciones financieras que Reino Unido tendrá que pagar por abandonar el club europeo, Barnier ha asegurado que tras la ronda ha quedado patente que Londres «no se siente obligado a cumplir sus obligaciones después de la salida».
«En julio Reino Unido reconoció que tiene obligaciones más allá de la fecha del Brexit. Pero esta semana explicó que sus obligaciones se limitarán al último pago al presupuesto de la UE antes de su salida», ha señalado el francés, después de advertir de que «no sería justo» que los contribuyentes de la UE a 27 tengan que asumir obligaciones contraías cuando el bloque lo formaban 28 miembros.
David ha reconocido que existen «diferencias significativas» que resolver sobre la cuestión de la factura del Brexit y que hay diferentes «posturas legales», al mismo tiempo que ha afirmado que el acuerdo final sobre la cuestión «debe ser acorde a la ley» y «al espíritu continuado de asociación de Reino Unido con la UE».