La aparición en escena de Máxima Zorreguieta, una niña bien argentina con pasado polémico y exquisita educación, supuso un soplo de aire fresco para las Casas Reales europeas. Su estilo, elegante pero informal, glamoroso y, sin embargo, alegre, enamoró a todos desde el principio.
Desde el año 2001, cuando se anunció su compromiso con el heredero de la Corona holandesa, Máxima fue una pionera que llegó para renovar y modernizar el armario de la realeza europea y se convirtió en un ejemplo a seguir para otras futuras reinas como Letizia Ortiz y Mary Donaldson.
Gracias a Máxima, solo las rígidas y horteras nobles británicas siguen empeñándose en llevar vestidos de señora mayor a juego con el abrigo, el bolso, los zapatos, el tocado…
Y es que, los estilismos de Máxima Zorreguieta son un claro reflejo de su personalidad: alegres, espontáneos, elegantes y clásicos. La nueva reina nunca ha disimulado su gusto por los colores vivos y llamativos, una herencia de su carácter latino que ha sabido adaptar al riguroso protocolo y la estricta etiqueta de la vieja Europa. Una fórmula compuesta con lo mejor de ambos mundos, que se ha ganado el aplauso de todos.
Diseñadores de renombre internacional como Valentino -su favorito y el autor de su vestido nupcial- y otros más conocidos a nivel local, como el belga Edouard Vermeulen, el holandés Jan Timiniau o el argentino Benito Fernández, han ayudado a Máxima a convertirse en el icono de estilo que es hoy.
Un armario muy ecléctico
En su armario no faltan colores como el fucsia, el rojo, el amarillo o el naranja –el color nacional de Holanda-, pero tampoco se echan de menos tonos más suaves como el beige, el gris perla o el lila. Además, Máxima es muy aficionada a los tonos tierra, una paleta de colores a la que recurre tanto para asistir a un acto oficial como para su vida diaria.
La nueva reina de Holanda luce un estilo de lo más casual de puertas para adentro. Blusones amplios, jerséis de punto, pantalones anchos y bailarinas suelen acompañar los momentos más familiares de Máxima de Holanda. Además, los trajes sastre, chaquetas entalladas, pantalones capri, faldas hasta la rodilla, vestidos con estampado floral, jeans y camisas blancas completan su fondo de armario.
Para los actos públicos de carácter más informal, la todavía princesa no duda en apuntarse a las últimas tendencias y combinar sus jeans con camiseta negra de seda y blazer en color metalizado.
Fan de los adornos en el pelo
A la hora de vestirse para un acto oficial o una cena de gala, Máxima elige vestidos que potencien su fantástica figura sin que lleguen a resultar inapropiados. Destaca por la elegancia y originalidad de sus outfits, elaborados con tejidos exquisitos y ligeros como la seda, y adornados con encajes, pedrería y bordados. Y es que, la argentina es especialista en mezclar el estilo clásico con las últimas tendencias sin llegar a desentonar.
Máxima presta especial atención a sus complementos y es fan declarada de pamelas y tocados tamaño XL, siempre conjuntados con el resto del look. Una dosis de sofisticación para la princesa más exuberante de la vieja Europa.
Siempre que la ocasión lo merece, la reina de los holandeses apuesta por los recogidos y escote palabra de honor para lucir mejor las espectaculares tiaras, pendientes y collares de la Casa de Orange y Nassau.