La principal causa de mortalidad de origen cardiovascular en países desarrollados se debe principalmente a la presencia de unas lesiones en las paredes vasculares conocidas como lesiones ateroscleróticas o placas de ateroma. La placa de ateroma consiste inicialmente en un depósito de material graso muy localizado y posteriormente en una infiltración de células (macrófagos principalmente) que inestabilizan la placa. La ruptura de la placa puede provocar un infarto o un accidente cerebrovascular, por lo que identificar y tratar la placa vulnerable antes de su ruptura es un reto para la medicina actual.
La nanomedicina es una nueva rama de la medicina que utiliza los conocimientos de la nanotecnología, empleando dispositivos con un tamaño inferior a 1 micra (1.000 veces más pequeño que un milímetro) capaces de realizar casi cualquier función para los que se diseñen.
En la última década, la nanomedicina, ha experimentado un espectacular desarrollo en el avance de originales métodos para la identificación y tratamiento de placas ateromatosas de riesgo. En este sentido, el Dr. McCarthy et al analizó la capacidad diagnóstica y terapeutica de unas nanopartículas en un modelo animal con lesiones ateroscleróticas. Los investigadores diseñaron unas nanopartículas que emitían fluorescencia y que tenían la capacidad de unirse a los macrófagos. Los macrófagos son células muy abundantes en las placas ateromatosas inestables, por lo que gracias a la fluorescencia que emitían las nanopartículas y a su capacidad de adhesión a los macrófagos se podía determinar con exactitud donde se localizaban estas lesiones de alto riesgo.
Pero lo realmente novedoso del abordaje del Dr. McCarthy es que además, estas nanopartículas también presentaban un fotosensibilizador que podía ser activado por el propio médico. La activación del fotosensibilizador de la nanopartícula, mediante un tipo determinado de luz, inducía la liberación de unas moléculas altamente citotóxicas (radicales libres) que destruyeron a los macrófagos, consiguiéndose que la placa de ateroma se estabilizara y reduciéndose, por tanto, el riesgo de trombosis.
Aunque la aplicación de este tipo de técnicas todavía no se ha llevado a la rutina clínica en humanos, este tipo estudios pone de manifiesto el potencial de la aplicación de la nanotecnología en la medicina moderna, abriendo nuevas líneas de tratamientos en enfermedades que aún no pueden controlarse.