Según ha explicado el autor en una entrevista con Europa Press, Martínez-Simancas fue una persona cultivada en diferentes disciplinas que «siempre tuvo claro que ser militar no era lo único importante en su vida», por lo que también exploró otras actividades como la pintura o la historia.
Guerrero ha abordado esta biografía por expresa petición de la familia del militar. «Siempre me interesó la vida de las personas a las que tocó vivir la guerra y la posguerra, la generación de mis propios abuelos y padres; Víctor fue protagonista singular de esta época, y su figura me permitió profundizar en el conocimiento de aspectos poco tratados de nuestra historia reciente», ha indicado.
Nacido en el año 1917, Martínez-Simancas recibió una gran influencia de su familia. Por un lado, su padre, también militar, «con quien estuvo muy unido y del que heredó muchas facetas de su personalidad y profesión», y por el otro de su tío, también llamado Víctor y militar, responsable de la publicación del diario »Alcázar».
Destinado a distintas colonias españolas en África, el militar supo leer la situación conflictiva de muchas de ellas que luego trasladaba en sus informes. Por ejemplo, fue una persona tenida en muy alta estima por el jefe del Alto Estado Mayor, el general Muñoz Grandes.
«Los informes que enviaba a Madrid fueron proféticos, las relaciones que estableció con los más destacados dirigentes marroquíes, como el general Ufkir, fueron fundamentales para las relaciones bilaterales antes y después de la independencia de Marruecos y sus trabajos cristalizaron en la visitas de Hassan II a España en los años sesenta», explica el biógrafo.
No obstante, no pudo evitar la entrega del Sáhara a Marruecos, hecho que aunque no lo vivió (murió en el año 1975) «ya lo barruntaba». Su último destino como militar en activo fue el mando del III Grupo de Tropas Nómadas del Sáhara y durante los años 1972-1974 trabajó como sus compañeros en el supuesto de que habría que defender el territorio de una agresión exterior.
RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
«Para la mayoría de los militares fue un duro golpe, más que nada porque el Gobierno había declarado que se conservaría a toda costa, y la institución se basa en principios simples de lealtad y sinceridad y no entiende con facilidad las componendas políticas. La población autóctona tomó una deriva muy contraria a España, que quería darles la autonomía», ha apuntado.
La reciente muerte del periodista Rafael Martínez-Simancas, hijo del militar biografiado, también ha marcado en cierta forma este trabajo. «Ha sido muy doloroso para todo su entorno. Yo me entrevisté con él en su día para anotar los recuerdos sobre su padre. Me hubiera gustado tener la oportunidad de profundizar más con él en algunos temas, pero no fue posible por su enfermedad. Tengo la satisfacción de que pudo leer el manuscrito y le gustó», ha concluido.