La décima edición del festival de novela negra BCNegra ha arrancado hoy en Barcelona con una exposición que repasa la trayectoria del dibujante Jordi Bernet, con especial protagonismo para su mítico personaje Torpedo, y con la reivindicación del cómic como plataforma del género negro.
Bajo el título «Jordi Bernet, fundido a negro», la muestra traza la trayectoria del dibujante de Torpedo, hijo de un historietista de Bruguera, que se estrenó profesionalmente a los 16 años.
Tras la muerte de su padre, continuó su personaje de doña Urraca, que «no sólo viste de negro, sino que también encarna la mirada ácida y violenta de una España negra que todo lo soluciona a golpes», subraya el comisario de la muestra, Joaquim Noguero.
La exposición repasa la trayectoria de Bernet: sus comienzos en registros realistas, su participación en «Selecciones ilustradas» con historias de terror y de artes marciales y su colaboración con el guionista Sánchez Abulí y con Antonio Segura, así como su admiración por el cine expresionista alemán o por el cine negro norteamericano.
También se expone la larga historia editorial de Torpedo, desde su nacimiento en el número 32 de la revista Creepy en 1982, a su paseo por Thriller, Comix Internacional, Totem & Co y, finalmente, Viñetas y el suplemento dominical del diario El País.
Bernet dejó de dibujar Torpedo tras el pleito que inició Sánchez Abulí contra él y Loquillo, que en los créditos del disco que en 2000 dedicó al personaje no incluyó la doble autoría.
Sin salir del cómic, el escritor de origen argentino Carlos Salem participa hoy en una mesa redonda sobre novela gráfica negra y llega a Barcelona con su primera novela gráfica, «Que decidan las cerillas» (Navona), protagonizada por Poe. «Poe de poeta, y no del escritor gótico Edgar Allan Poe», puntualiza a Efe.
De esta experiencia, en la que ha colaborado con el cineasta y realizador Kike Narcea, Salem explica que «es lo más parecido al cine: trabajamos de común acuerdo, y el punto de partida es una novela hecha de cuentos».
El autor, afincado actualmente en Madrid, quería conservar el esqueleto de la novela y descartó otras partes, «como cuando se adapta una novela para una película».
Los dibujos de Narcea, valora Salem, «subrayan la soledad del personaje, la trama oscura de esa ciudad sin mar en la que va desapareciendo gente de noche y nadie los echa de menos».
Sobre su personaje fetiche, Poe, que en cierto modo puede ser considerado su alter ego, Salem comenta que «parece estar encadenado a la barra de un bar, adonde llegan policías para que les ayude a resolver casos, pero, sin embargo, no es capaz de resolver su propio enigma. Como va desapareciendo gente de su entorno, la policía acaba sospechando de él».
Además de ser un «fanático lector» del género, Salem considera que «la novela negra es un tipo de literatura política, social, que interroga en cada momento a la sociedad», y añade: «La realidad es en sí misma una novela negra en el lugar de Argentina donde nací, pero también en España. Hay muertos, hay corrupción».
A su juicio, «no es novela negra la novela de investigación, procedimental, tipo CSI», y pone como ejemplo del «auténtico género» la obra de Andrea Camilleri, que «te permite conocer la Sicilia auténtica».
Percibe Salem una evolución entre «las novelas de detectives tipo Agatha Christie o Sherlock Holmes, en las que el asesino era siempre un inadaptado, y las que aparecieron a partir de los años 40 y 50, en las que el asesino es el sistema».