La investigación liderada por Francisco Segado, investigador principal del Grupo de Investigación Comunicación y Sociedad Digital (Coysodi) dependiente del Vicerrectorado de Investigación y Tecnología de UNIR (UNIR Research), ha recogido datos de una encuesta a 211 miembros de los departamentos de Comunicación de diferentes facultades de universidades de toda España.
Según las conclusiones de la investigación existe una correlación directa entre las labores de divulgación y la consecución de reputación. El 56,5% de los encuestados que comparten frecuentemente sus resultados de investigación, también utilizan Twitter para obtener visibilidad, sin embargo, no suelen pedir ayuda sobre los temas que están tratando.
Aunque el 63,4 % declaran que utilizan la red de microblogging para difundir sus propios resultados, comparten con más frecuencia los de otros investigadores, pero muchos son más reacios a citar las investigaciones que encuentran en Twitter (un 37,9%). Según Segado, «todos estamos en Twitter pero hacemos un uso interesado y egoísta. Se quiere que se sepa qué hacemos, obtener referencias, pero somos más reacios a ayudar u ofrecer asesoramiento».
LABORES NO PEDAGÓGICAS.
Pocos docentes de Comunicación ven Twitter como una herramienta para compartir conocimiento, ayudar o mantener el contacto con los alumnos. El 69,1% aseguran que nunca o casi nunca resuelven dudas en esta plataforma, el 50% no comparte material pedagógico con ellos. «El auténtico motor en el supuesto nuevo edén colaborativo es el ego, el impacto, la necesidad de proyección pública», afirma Segado.
Sólo el 36% siguen a sus propios estudiantes, y lo hacen si cuelgan «mensajes interesantes» o son «alumnos brillantes» y apenas un 8% de los docentes aseguran haber creado una cuenta de Twitter con el propósito específico de seguir a sus alumnos.
El estudio evidencia varias diferencias entre los facultativos más jóvenes y los más veteranos. «La nueva generación de académicos está usando las redes sociales en sus investigaciones de modo muy diferente a los veteranos», subraya Segado.
El 60% de los miembros más jóvenes de los departamentos de Comunicación (20-30 años) perciben la red como una fuente para encontrar recursos, mientras que el 42,2% de docentes veteranos (entre 41 y 50 años) nunca han usado esta red con este propósito.
Segado explica que «los académicos más jóvenes ya confiesan que han citado artículos que han visto en Twitter, las redes sociales comienzan a ser una herramienta sobre la que sustentan sus búsquedas bibliográficas».
MAS DATOS.
La investigación ha arrojado otros datos interesantes como que la mayoría de los encuestados utilizan Twitter para establecer nuevos contactos profesionales y el 32,7 por ciento para mantenerse al tanto de novedades tecnológicas, o que los de universidades privadas son más proclives a utilizar esta red para mejorar su marca personal (54,2%) que los que trabajan en una institución pública (41,8%).
Entre los que no usan Twitter destaca la presión de los compañeros, o de las propias instituciones como principales motivos para abrir una cuenta «pero no hay un motivo para no estar, simplemente no llegan nunca a abrirla», admite Segado.