Simba y Nala, dos perros de razas shar pei y chihuahua respectivamente estaban durmiendo en la planta baja de la casa, cuando un incendio los despertó.
Un cuadro eléctrico empezó a arder y el fuego reventó una ventana de cristal de la planta donde dormían Simba y Nala.
Lo primero que intentaron los animales fue despertar a la abuela y a los nietos que dormían en la habitación de al lado y tras muchos ladridos y arañazos la abuela por fín despertó.
A su vez, en la segunda planta de la casa dormían cinco personas, entre ellas un niño y Simba, una vez seguro de que la abuela y los niños estaban a salvo subió a la parte superior luchando contra la gran cantidad de humo negro y la ausencia de oxígeno.
Una vez arriba, se dirigió a la habitación de su dueña, cuya puerta estaba cerrada y comenzó a ladrar hasta que consiguió que le abrieran la puerta y la pareja se dio cuenta del fuego.
Tras asegurarse de que todos los miembros de la familia estaban al corriente del fuego, Simba volvió al piso de abajo junto a la abuela y los dos nietos.
“Fue una pesadilla y estamos vivos gracias al perro”, resume el dueño de la vivienda.
Finalmente la abuela consiguió sacar a los niños y a Nala a través de una trampilla pero Simba no pudo salir y se quedó atrapado en el garaje. Por suerte, los bomberos consiguieron sacar al perro del garaje, aunque para entonces Simba ya había inhalado mucho humo.
Simba se recuperó en una clínica veterinaria y aunque la inhalación de humo le afecto al cerebro produciéndole una pequeña hemiplajia, consiguió salvar su vida.