En este sentido, pregunta al Gobierno gallego al respecto del número de posibles casos de este tipo detectados a los niños que residen en Galicia y propone la incorporación a la cartera pública de servicios de la cirugía necesaria para afrontar las consecuencias de estos posibles casos.
Al respecto, Acuña ha manifestado su «rotundo rechazo a esta agresión», que, ha asegurado, «no tiene ninguna justificación ni cultural, ni sanitaria», sino que, por el contrario, «implica graves lesiones sobre la salud de millones de niñas y mujeres en el mundo».
Según la ONU, 125 millones de mujeres y niñas sufren las consecuencias de estas prácticas, que «son reconocidas como una forma de violencia de género, una violación de los derechos humanos de las mujeres y de las niñas y una tradición injustificable».
Esta práctica, ha señalado, «refleja una profunda desigualdad y viola los derechos a la salud, a la seguridad y a la integridad física», así como el derecho a no ser sometida a «torturas y tratos crueles inhumanos o degradantes». Asimismo, la diputada, que ha advertido de que esta práctica existe «riesgo» de que ocurra también en Europa y en España, ha recordado que puede provocar la muerte de la mujer.