Hay algunos absurdos, otros descabellados, e incluso aquellos que a día de hoy seguimos sin comprender. Sin embargo, todos hemos recibido consejos de nuestras ‘drama mamás’ particulares y hay que reconocer que los hay muy efectivos, incluso muchos años después.
Como consejo práctico para aquellos a los que les cuesta realizar las tareas del hogar, no conviene olvidar que “quien tiende bien, plancha la mitad”. Una recomendación que sigue poniendo en práctica Amaya Ascunce, la autora del libro ‘Cómo no ser una drama mamá. Las 101 frases de tu madre que juraste no repetir’, que odia planchar, así que ella misma recomienda utilizar este consejo, o bien, comprarse toda la ropa confeccionada con tejidos que apenas se arruguen.
Entre los consejos que le dio su madre, hay uno muy efectivo para que los niños se den cuenta de que no siempre es posible tener aquellos que se desea. “¿Y cómo lo iba a aprender la nena? Pues sintiéndolo en sus carnes”. El sistema consistía en no comprarle prácticamente jamás aquella muñeca que ansiaba. Las consecuencias del consejo, aunque ‘injusto’ cuando se es pequeño, no pueden ser más positivas. “Gracias, mamá, por hacerme creer que es posible educar a los niños de otra manera, para que los adultos acaben siendo también de otra manera. Gracias por hacerme valorar cada juguete que tuve”.
No obstante, si tuviera que elegir uno que se le haya grabado para siempre es el “por si acaso, nena, por si acaso”. Amaya reconoce seguirlo constantemente. Siempre tiene un paquete de tabaco guardado en casa “por si acaso”, y siempre lleva unas bailarinas en el coche “por si acaso”, que le han salvado en más de una ocasión. Como ella misma reconoce, su vida “está llena de por si acasos”, pero gracias al consejo de su madre, “siempre tengo un plan B”.
Pero si se tuviera que quedar con una de las frases más sabias que le ha dicho su madre probablemente sería “nena, búscate un hombre que no te dé mala vida”, a pesar que no se la dijo cuando era pequeña, sino hace algunos meses, ya con 33 años. Una de las frases que, sin duda, Amaya reconoce va a usar sin excepción con sus hijos, cuando los tenga.
Pánico a tomarse el zumo si no está recién exprimido
No todos los consejos de las drama mamás desprenden sabiduría, algunos son absurdos e incluso falsos, como “tómate el zumo rápido que se van las vitaminas”. Las consecuencias no podían ser otras que una sensación de estrés cada vez que se va a tomar un zumo de naranja. “Me frustra y también tiende a indigestarme”. Por eso hará excepciones a la hora de usarlo con sus hijos. “Futuros hijos míos: disfrutad del zumo de naranja despacito”.
Pero si tuviera que elegir una frase molesta sin duda sería “le quitas lo negro al plátano y está buenísimo”. Un consejo que sabe que no es verdad pero del que se queda con la filosofía que encierra, por lo que no descarta emplearlo en un futuro. “Lo siento, hijos míos. No os mentiré diciendo que está buenísimo. A mí los plátanos muy maduros no me gustan, pero no es suficiente motivo para tirarlos”.
También los hay muy graciosos. Amaya se queda con el “como tenga que ir yo…”. Un consejo que le gusta especialmente y que está deseando poder emplear. “Este consejo de mi madre me produce nostalgia. Básicamente era un consejo muy, muy práctico, porque si ella venía… Os podéis imaginar”.
Para los niños que convierten la hora de la comida en una pesadilla para sus madres hay una enorme variedad de frases que tienen como objetivo lograr que se acaben todo lo que tienen en el plato como “si no te lo comes para cenar, pues para desayunar”. Amaya reconoce que de niña comía muy mal, y que ahora lo hace sin criterio. “Soy capaz de cenar sólo chocolate y de merendar un plato de pasta”. A este consejo se le suma otro, “de ahí no te levantas hasta que no le veas el dibujo al plato”, una frase que tendrá que modificar ya que ahora casi toda las vajillas son lisas.
La opinión del experto Juan Casado, jefe del servicio de Pediatría y del área de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, consultado por la autora es que “el apetito de los niños es, en realidad muy variable: a veces comen mucho, otras poco, incluso pueden saltarse alguna comida. Es completamente normal y no tiene ninguna importancia. Saltarse alguna comida de un modo esporádico puede ser incluso sano”.
Niños con ‘exceso’ de miedos
Con 31 años, cuando se disponía a salir de casa, Amaya Ascunce recibió una llamada de su madre, de la que la separan 400 kilómetros, para recordarle “nena, apaga los fuegos cuando te vayas”. Amaya jamás ha quemado su casa, pero ahora revisa que todo esté apagado antes de salir.
La llamada de su madre fue el detonante para escribir el blog en el que repasaba todos los consejos que había recibido de niña e incluso seguía escuchando en la actualidad. Según la autora, todas estas recomendaciones son efectivas a la larga y hacen que los niños aprendan a valorar las cosas y se conviertan en hombres y mujeres de provecho. Sin embargo, también tienen consecuencias negativas ya que inducen a un exceso de miedo en los más pequeños.
Lo que está claro, es que hay más ‘drama mamás’ en el mundo de las que Amaya se pensaba, que su madre está encantada con el libro, y que su hija no dudará en emplear los consejos que la desquiciaban de pequeña, para mantener vivo el espíritu de las ‘drama mamás’ que la mayoría de las mujeres llevan dentro.