Un nuevo estudio en la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Lund ha llegado a una conclusión que puede sorprender a más de uno. Los jugadores de futbol proporcionan más felicidad a la gente que comprarse un iphone, y eso que este producto se ha convertido en toda una religión para sus seguidores. El estudio da una clave para entender, lo que en principio podía ser toda una contradicción.
La idea que sostiene esta conclusión es que al ser humano sigue haciéndole más feliz la imagen colectiva de la felicidad y más si está relacionada con la gente. Las cosas, no provocan en la gente la felicidad que son capaces de transmitir todavía las sensaciones humanas.
El estudio, realizado en Suecia pone como ejemplo a Ibrahimovic, su futbolista más reconocido.
«Las relaciones son lo más importante, y no las cosas materiales, y esto está en línea con otros hallazgos en investigación de la felicidad», dice Danilo García, investigador en psicología en el Centro de la Academia Sahlgrenska de Ética, Derecho y Salud Mental.
El estudio ha analizado también artículos de prensa y cómo se enfoca el placer de la victoria en el fútbol con la compra de un Iphone.
El análisis del artículo, que abarca más de un millón y medio de palabras, muestra que a la hora de hablar sobre el futbolista sí aparecen pronombres como nosotros, yu, yo… mientras que cuando se habla del iphone aparecen términos como «millones» y «Google», pero casi nunca aparece la palabra felicidad.
«Esto no significa que las cosas materiales hagan infeliz a la gente, pero sí que el término felicidad se sigue relacionando a sensaciones con el resto de las personas», dice Danilo Garcia.
El estudio también analiza a las personas a la hora de describir eventos positivos y negativos en sus vidas. Los investigadores creen que el análisis de palabras refleja una percepción colectiva de los miembros de nuestra sociedad en cuanto a lo que debería hacernos felices.
«Al igual que los Beatles cantaron, la mayoría de la gente entiende que el dinero no puede comprar la felicidad o el amor», dice Danilo Garcia. «Mas aun si nosotros como individuos podemos entender la importancia de las relaciones estrechas y cálidas a nivel social. También es cierto que todo el mundo es consciente de que este tipo de relaciones son realmente necesarias para nuestra propia felicidad personal.
Un ejemplo es el golm de Iniesta en el Mundial, que provocó un subidón emocional a todo un país y un cariño extendido hacia una persona. Ese sentimiento invadió tanto a los aficionados al fútbol como a los que no lo siguen. Esa sensación perdura en el tiempo, no se olvida. Está en la piel. Cosa distinta es la explosión al comprar algo material. Tal vez el primer instante sea más fuerte (aunque compartir la alegría de un gol llena más al ser humano que comprar un objeto), pero sus efectos duran mucho menos. La clave, según el estudio, es la propia naturaleza humana, más sociable de lo que ahora mismo se intenta dar a entender. La alegría o el logro compartido sigue llenando más.
El estudio: «Una teoría de la felicidad colectiva: Palabras relacionadas con la palabra» felicidad «en periódicos en línea suecas», fue publicado en la revista científica Cyberpsychology. Y lo cierto es que demuestra que somos más humanos de lo que en ocasiones creemos.