La memoria de la Fiscalía General del Estado certifica un dato cuando menos positivo. Pese a que todos los indicadores apuntaban a que durante la crisis económica la violencia en todas sus formas sufriría un repunte, los datos confirman una tendencia a la baja. El número de actos violentos permanece a la baja de forma constante desde hace 70 años. El único dato preocupante a este respecto se refiere a los delitos sexuales contra menores, que repuntan respecto al año pasado. En 2012 hubo 2.692 casos mientras que en 2013 la cifra ascendió a 2.859. Se trata de un hecho preocupante porque no olvidemos que estos casoso provocan alarma social.
Pese a este dato las cifras de la fiscalía no son malas. De hecho, la violencia también descendió un 10% los asesinatos y homicidios. El sociólogo Amando de Miguel asegura que el descenso se viene reflejando desde hace 70 años y que España «no es un país violento». De hecho, según sostiene este experto, «España es uno de los países con el índice de violencia más bajo de la Unión Europea«. La tasa de homicidios en España, según la OCDE, es de un 0,7% por cada 100.000 habitantes mientras que la media de la OCDE se encuentra en el 4,1%.
El sociólogo destaca también que gran parte de los casos de violencia en los últimos tiempos apuntan a una inmigración «fuera del control social», lo que les coloca en una situación muy crítica. «En Almería ha repuntado la violencia machista porque los extranjeros de allí están solos y sin embargo, los de Madrid por ejemplo, tienen a más gente como ellos y celebran el día de su país, tienen a su lado a su familia, lo que provoca que se sientan más parte de la sociedad». Y eso influye mucho en el control de los arrebatos, reacciones y pasiones.
La falta de educación hace que aumenten los delitos sexuales
De la memoria de la Fiscalía General del Estado se desprende el aumento de los delitos sexuales, especialmente de aquellos cometido contra menores. El pasado año se denunciaron 167 delitos más que en 2012, cuando se denunciaron un total de 2.692 casos.
Los expertos en la materia achacan este aumento a la educación de la población y hacen especial hincapié que hay que empezar a educar en «igualdad y respeto». Las causas de este tipo de delito las explica la presidenta del Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS), Pina Alarcón Hita. El problema comienza cuando los «hombres se creen superiores a las mujeres», algo que no pasa solo en la etapa adulta de la vida, según Alarcón, sino que esta superioridad comienza «en el colegio». «El concepto de machismo emerge entre los jóvenes», recalca. Y eso sí es preocupante.
La «transmisión de los valores machistas» es para la presidenta de CAVAS la segunda de las causas de la violencia de género. «Muchos niños se educan en estos valores y lo ven normal», asegura. Otra de las causas de esta violencia es que «las mujeres han adquirido poco a poco más parcelas de libertad, lo que incomoda a un determinado de hombres». Para Alarcón, un ejemplo de ello es que «la mayoría de los casos de violencia de género tienen lugar en periodos de separación». «Las mujeres ahora dicen »hasta aquí» y ya no consienten lo de antes, por eso optan por separarse y entonces es cuando ellos las matan. Si no lo hicieran, seguirían golpeándolas», afirma.
La clave para frenar este fenómeno es la educación. «Hay que empezar a concienciar desde más pequeños. Creo que a los 8 o 10 años estaría bien. Ahora se conciencia a partir de la ESO y la violencia no disminuye, por lo que hay que hacerlo antes», asevera Alarcón.
El presidente de la Asociación de Víctimas de Delitos Violentos, José Miguel Ayllón, añaden que esta educación «no solo corresponde a los colegios, sino también a las familias».
«Mucha impunidad»
Ayllón hace hincapié en que el número de delitos violentos descendería todavía más en España si no hubiera «tanta impunidad». «Hay delitos que no se denuncian y cuando se denuncian no se persiguen. En caso de que se investiguen, no se juzgan y cuando se juzgan las sentencias no se cumplen», afirma y añade que «hay mucha libertad indebida».
«Vivimos en un país en el que una persona puede ser detenida 100 veces y puesta de inmediato en libertad por falta de antecedentes penales. El delincuente se ríe de la justicia y al final comete actos más graves. Un ejemplo de ello fue el Caso de Mari Luz. Su asesino, Jesús del Valle, tenía que haber estado en la cárcel cumpliendo una condena y no en la calle», señala.