La tensión vuelve al peñón de Gibraltar. Las relaciones entre España y Reino Unido no pasan por uno de sus mejores momentos después de que la semana pasada un remolcador de las autoridades gibraltareñas lanzara a las aguas donde faenen los buques españoles 70 bloques de hormigón armado con pinchos de hierro.
La problemática se remonta a mayo de 2012 cuando el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, prohibió a los pescadores de La Línea y Algeciras faenar en las aguas cercanas a la colonia británica. España, que no reconoce que Gibraltar tenga jurisdicción en dichas aguas, envió a la Guardia Civil para proteger a los pescadores andaluces. Fueron unos días de alta tensión para la relación entre ambos países que se calmó sin ningún tiempo de acuerdo.
Una vez más el mar ha vuelto a encender el conflicto diplomático entre Madrid y Londres, que vivió este viernes uno de sus momento más tensos cuando el embajador de Espala en el Reino Unido, Federico Trillo fue llamado a reunirse con representantes del Gobierno británico.
Estas gigantescas piedras de cerca de 1,5 metros cúbicos de hormigón fueron arrojadas sin ningún tipo de consulta o autorización previa desde una plataforma flotante que iba escoltada por varias embarcaciones de las fuerzas de seguridad del peñón. Los pescadores denuncian que estos bloques han dañado gravemente el fondo y han causado que la captura de “prácticamente la totalidad de las especies” sea mucho más complicada en toda la zona próxima a la Línea de la Concepción.
España ha respondido con controles más severos en la frontera lo que ha provocado colas de hasta cinco horas para pasar de un lado a otro. Este fue el motivo por el que el Gobierno de Londres convocó a Trillo para dar explicación por estas colas. En ausencia de Trillo, que está de vacaciones, acudió a la cita el responsable de negocios de la embajada, Ramón Gandarias. Tras entrevistarse con el secretario de Estado de Exteriores, Hugo Swire, este, según el comunicado británico, lamentó esos retrasos que calificó de “injustificados, inaceptables y desproporcionados”.
España ha reiterado al Gobierno británico que los controles en la verja de Gibraltar, que no pertenece al espacio Schengen, son su obligación «en una zona donde hay frecuentes tráficos ilícitos» y ha descartado que sean en respuesta a ningún tipo de medida.
Un portavoz del Ministerio de Exteriores ha explicado a Efe que esto es lo que ha trasladado hoy el encargado de negocios de la embajada española en Londres, Ramón Gandarias, al Foreign Office, tras ser convocado para ofrecer explicaciones por los controles que han provocado largas colas en la verja de Gibraltar.
El Gobierno asegura que los controles no son «contra» medidas concretas, recalca que está «obligado» a hacerlos y hace hincapié en que «no violan el principio de no discriminación, ni la libre circulación y guardan proporcionalidad». El objetivo, ha indicado el portavoz de Exteriores, es evitar «los frecuentes tráficos ilícitos» que se producen en la verja de Gibraltar.
Respecto al hecho de que el Ministerio de Exteriores británico haya convocado al embajador español, el portavoz ha señalado que se trata de un «trámite normal» para expresar una queja entre Estados.