El Mundo: Trapero, un policía «pura sangre» en el huracán
Josep Lluís Trapero (Barcelona, 1965) preguntó hace unos años a uno de sus superiores políticos por qué, de entre todas las opciones posibles, le escogió a él para uno de sus múltiples ascensos en la escala de mando de los Mossos d»Esquadra. La respuesta fue tajante, rememora su interlocutor: «Porque si un día tiene que arrestarme en el despacho oficial, sé que lo haría»
El País: La islamofobia se desata en las redes y llega a la calle tras los atentados
Los atentados yihadistas en Barcelona y Cambrils han desatado una reacción de islamofobia que en palabras de la Plataforma contra la islamofobia tiene dimensiones de una «brutal ola» sobre todo en las redes que no se produjo tras el 11-M. El odio al islam se propaga en Internet, pero se han registrado también ataques al menos a cuatro mezquitas y pintadas a locales, y ha llegado incluso a la agresión física denunciada por un menor musulmán. Los especialistas alertan de que islamofobia y terrorismo se retroalimentan.
La Vanguardia: El alcalde de la ciudad belga de Vilvoorde comunicó a España sus sospechas sobre el imán de Ripoll
El alcalde de Vilvoorde, Hans Bonte, afirma en una entrevista con Efe que el imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty despertó recelos en la propia comunidad musulmana de la zona, que decidió expulsarle de la mezquita.
”El imán de la vecina localidad de Diegem vino a preguntarnos por él, al vivir en Vilvoorde. Les parecía un hombre extraño, que decía que venía de España porque allí no tenía futuro y que se autoproclamaba imán, aunque no tenía ningún papel para acreditarlo”, explicó Bonte sobre Es Satty, que vivió a principios de 2016 en esta pequeña localidad del Brabante flamenco a 12 kilómetros de Bruselas.
El Confidencial: Los »soldados de Alá en Al Andalus» buscaban una gran matanza con metralla
La célula catalana actuaba en nombre del Estado Islámico. Se autoproclamaban »soldados del EI en la Tierra del Al Andalus» y pretendían desencadenar una matanza de enormes dimensiones combinando al menos 500 litros de acetona, más de un centenar de bombonas de butano y clavos, que iban a utilizar como metralla para incrementar el daño.