El caso de la enfermera contagiada de ébola después de tratar a los religiosos fallecidos Miguel Pajares y Manuel García Viejo ha puesto de manifiesto la falta de control y supervisión de las autoridades sanitarias encargadas del protocolo de seguridad que conllevaba el tratamiento con personas portadoras de este virus.
Un día después de que se confirmara el primer caso de ébola contraído en Europa, el personal del Hospital de Alcorcón realizó varias manifestaciones a las puertas del centro para denunciar la falta de medios y de información para afrontar un caso de tamaña envergadura. En la web diarioenfermero.es estos profesionales sanitarios denunciaban el caos en el protocolo desplegado el día en el que Teresa Romero acudió a urgencias después de padecer durante seis días fiebre alta, pero nunca sobrepasando los 38,6 grados establecidos por la OMS como “riesgo alto”.
Todo apunta a que la improvisación y la escasez de material marcó el ‘modus operandi’ en el hospital de Alcorcón el pasado lunes cuando la auxiliar de enfermería infectada de ébola acudió al centro. Al menos eso es lo que denuncia el médico que atendió a Teresa Romero Ramos en una carta interna dirigida a los profesionales médicos del Hospital de Alcorcón y que ha sido recogida por Elmundo.es
En concreto, Juan Manuel Parra Ramírez denuncia que el segundo traje de protección que se le proporcionó le quedaba «corto por las mangas en todo momento» -según el protocolo, los profesionales que tengan contacto con enfermos de ébola deben cubirir todas las partes del cuerpo- . Además, al igual que ha narrado Teresa, el doctor Parra Ramírez se enteró por la prensa, y no a través de una fuente oficial, que la paciente que estaba tratando tenía ébola.
«Se me informa de la posibilidad de positividad (…), por lo que se procede al empleo del segundo traje de mayor nivel facilitado por este hospital (las mangas me quedan cortas en todo momento», escribe este médico, que a última hora de la tarde de hoy ha decidido ingresar voluntariamente y como medida de prevención en el Hospital Carlos III de Madrid, donde se encuentran otras cinco personas en observación.
Asimismo, el doctor Parra Ramírez denuncia que para extraer la muestra de ébola necesitó «un tiempo superior al prudencial para su extracción» y que tanto del primer positivo como del segundo se enteró antes por la prensa.
«Del doble positivo de la paciente vuelvo a enterarme antes por medios periodísticos que directamente por la autoridad competente. De esto se me informa sobre las 19 horas, así como del traslado», señala.
También denuncia el retraso de la ambulancia que debía trasladar a la auxiliar contagiada. Según Parra Ramírez, llegó a entrar hasta en 12 ocasiones a la habitación en la que se encontraba Teresa aislada a la espera de su traslado.
Cierra la misiva asegurando que a pesar de que se trata de una de las 84 personas que se encuentran en observación por haber tenido contacto con Teresa sigue acudiendo a trabajar.