La riada del Ebro de este año ha sido algo excepcional. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) señala que llevan estudiando el caudal del río Ebro desde el pasado 31 de eneros y apuntan que la riada ha sido mucho mayor a lo esperado porque se han producido varios factores extraordinarios.
Desde el CHE explican que este año ha nevado más de lo que suele ser lo normal. A esto se ha sumado la lluvia y la subida de temperaturas que ha provocado un deshielo que ha hecho que aumenten considerablemente los caudales del Ebro y de sus afluentes.
Aunque el caudal del Ebro se mantiene en niveles de crecida, la CHE no prevé un nuevo repunte a corto plazo. Sin embargo, el miedo entre los agricultores continúa ya que aún quedan 1.800 hectómetros de nieve que podrían volver a incrementar el nivel del rio. Desde el CHE destacan las predicciones solo se pueden hacer 72 horas vista y que es muy difícil prever que va a pasar. “Es posible que se produzca el deshielo pero el agua puede ir por otro recurrido y no afectar al Ebro y sus afluentes como ha pasado ahora. El año pasado por estas fechas había más nieve que la que hay ahora y no hubo una riada de estas dimensiones”, explican a Teinteresa.es
El río Ebro se mantiene en niveles de crecida, superiores a los 1.400 metros cúbicos por segundo (m³/s) en Zaragoza y en los municipios de la Ribera baja, pero el caudal va descendiendo progresivamente y no se prevé un nuevo repunte a corto plazo, según los datos aportados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Además, las precipitaciones que se esperan en los próximos días «apenas llegarán a influir» en el nivel del río y el leve descenso de las temperaturas «frenará» el ritmo de deshielo.
Según las previsiones de Aemet, “durante las próximas jornadas, no se esperan precipitaciones importantes en la cuenca del Ebro, tan sólo algunos chubascos débiles en el norte». Unas precipitaciones que apenas podrían llegar a tener importancia en los caudales. Sí influirá el leve descenso de las temperaturas previsto, que hará disminuir el ritmo de fusión de la nieve, aunque a partir del viernes Aemet prevé que las temperaturas comiencen a ascender de forma «suave».