El nuevo borrador de la séptima ley educativa de la democracia que prepara el Gobierno incluye algunas rectificaciones con respecto al anterior documento, de septiembre, concreta aspectos y da más pasos hacia una mayor regulación estatal en contenidos y métodos de evaluación.
-El Estado decidirá el 100% del contenido y la evaluación de las materias troncales
El texto señala que el Ministerio de Educación determinará los contenidos y el horario mínimo de las asignaturas troncales, las duras, como matemáticas, historia, ciencias, o idiomas. También, el Gobierno fijará los criterios de evaluación de estas materias.
Las asignaturas duras, que el ministro de Educación, José Ignacio Wert, quiere potenciar en esta ley, deberán ocupar, como mínimo, más de la mitad de la carga lectiva.
En este borrador se reserva a las comunidades la regulación sobre las materias de especialidad, que no deberán representar como máximo el 50% del horario escolar.
Este punto del borrador supone una rectificación con respecto a uno de los aspectos del anterior que encendió a las autonomías. En el documento de septiembre, se ampliaba el margen de contenidos comunes que regularía el Estado, al pasar del 65% al 75% en las regiones sin lengua cooficial, y del 55 al 65% para el resto.
-Las modalidades de Bachillerato se quedan en cuatro: Ciencias, Humanidades, Ciencias Sociales y Artes
En el anterior documento, se señalaron tres modalidades: Ciencias con dos ramas diferenciadas, la de salud y las ingenierías; Humanidades y Ciencias Sociales, y Artes.
-Se mantiene la cultura clásica
La reforma de Wert borraba en su primer borrador la cultura clásica como asignatura específica para elegir en la ESO. La respuesta de la Sociedad Española de Estudios Clásicos envió una carta al presidente, Mariano Rajoy, pidiendo una rectificación porque la supresión mermaba la formación cultural.
En este borrador, no solo se mantiene para la ESO, en 3º, sino que en cuarto curso, que es una especie de año puente que prepara al alumno para el Bachillerato o la Formación Profesional, se ofrece el latín como asignatura para elegir, y se considerará una materia troncal.
-Religión vuelve a ser asignatura evaluable. La otra opción será Ética
El borrador no menciona la polémica Educación para la Ciudadanía. Religión pasa a ser una alternativa con Valores Éticos dentro del bloque de asignaturas específicas en Secundaria y Primaria. Será evaluable en Primaria y Secundaria.
-Los alumnos de la ESO no irán a reválida con matemáticas y lengua suspensas
La reforma señala que el alumno de Secundaria podrá repetir dos veces como máximo en su etapa educativa, y pasar de curso con dos materias suspensas. Excepcionalmente, el estudiante puede superar el curso con tres suspensos, siempre que no sean ni lengua castellana y literatura, ni matemáticas. El documento señala, además, que la lengua cooficial tendrá la misma consideración que el castellano a la hora de pasar de curso.
El borrador apunta que se permitirá que un alumno de Secundaria se presente a la reválida para obtener su título con tres suspensos, siempre que no sean matemáticas y lengua dos de ellos. Si el estudiante aprueba esta reválida, obtendrá el título de la ESO.
-Se amplían de cuatro a seis años la duración de los conciertos educativos en Primaria
En el resto de etapas educativa, los colegios concertados seguirán formalizando los contratos por un periodo de cuatro años.
-Libertad a las universidades para poner pruebas de acceso. La nota final tendrá el 60% de la calificación de la reválida del Bachillerato y el 40% de su examen
Es un punto que no queda muy claro en el último borrador. El ministro ha manifestado públicamente que las universidades pueden convocar voluntariamente pruebas de acceso. Pero se desconoce la letra pequeña.
Lo que está claro es que la reforma educativa elimina la Selectividad y lo sustituye por una reválida que diseñará el Ministerio y que no solo permitiría el acceso a la Universidad o cursar un ciclo de grado superior de la FP, sino que ese examen concede el título de Bachillerato.
Sobre las posibilidad de las facultades puedan convocar pruebas extra, el texto solo precisa la calificación final tendrá el 60% de la nota del examen que se realiza para obtener el título de Bachillerat, y el 40% de la nota de la prueba que hace la facultad.
No está claro si las universidades podrán diseñar con independencia estas pruebas de acceso, o si lo harán conjuntamente. Tampoco se ha especificado si estos exámenes se convocarán en casos puntuales por la falta de plazas, o para determinados grados.
-Las CCAA con lengua cooficial deberán garantizar la educación en castellano de los alumnos
Es el punto más polémico del texto, por la tormenta política que se generó a raíz de las palabras de Wert sobre “españolizar a los alumnos catalanes”.
En el documento se blinda la enseñanza del castellano en las comunidades con lengua cooficial y obliga a las autonomías a que sea la lengua vehicular y a garantizar la escolarización de los alumnos que quieran ser educados en español. El borrador dice que las autonomías impartirán la enseñanza de las distintas asignaturas en la lengua cooficial “en proporciones equilibradas”. Y precisa que los padres y tutores “tendrán el derecho a escoger la lengua vehicular” – que también es el castellano según el Supremo, que reciben sus hijos. Y si no existe una oferta docente de enseñanza en castellano en el sistema público o concertado, la comunidad tendrá que costear la plaza en un centro privado.