Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado se han visto obligadas a cerrar el puesto fronterizo de Beni Enzar, el principal de los cuatro que existen entre Melilla y Marruecos, ante un intento de entrada de decenas de inmigrantes de origen sirio.
Según han informado fuentes policiales, sobre las 21.00 las autoridades españolas se han visto obligadas a cerrar la verja ante la llegada «en masa» de un grupo «numeroso» de sirios, que han intentado cruzar a territorio español «a la carrera».
Hasta el puesto fronterizo, que continúa cerrado, se han desplazado varias patrullas de la Policía Nacional, que han establecido un despliegue para evitar la entrada irregular y por la fuerza. Decenas de personas permanecen a la entrada de Beni Enzar, a la espera de que las autoridades marroquíes intervengan y despejen la zona para que el puesto fronterizo recupere la normalidad.
Precisamente este jueves, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda (PP), se ha presentado en la frontera entre Melilla y Marruecos para respaldar el trabajo de la Guardia Civil y Policía Nacional y subrayar la gran presión migratoria que sufre la ciudad, que tachó de «insostenible». Imbroda ha asegurado que «son miles y miles» los indocumentados, principalmente de origen subsahariano, que esperan al otro lado de la frontera una oportunidad de pasar a la ciudad española, y en la mayoría de los casos «usando la violencia».
Imbroda también ha alabado la actitud del director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, después de anunciar que se querellarán contra todos aquellos que ataquen a los miembros del cuerpo y ha expresado que «ya está bien de aguantar los ataques de pseudo-ONG», como las que han divulgado vídeos con las que han intentado poner en duda el trabajo de los agentes de la Benemérita.