Iglesias terminó hoy por ganarse a un auditorio entregado tirando de poesía. «Cádiz, salada claridad; Granada, agua oculta que llora. Romana y mora, Córdoba callada. Málaga cantaora. Almería dorada.Plateado Jaén. Huelva, la orilla de las Tres Carabelas…y Sevilla», parafraseó a Machado. Los asistentes estallaron en aplausos, gritos de «Sí se puede» e «Iglesias, presidente». Los mismos que se repiten cada vez que el líder se presenta ante sus simpatizantes.
En Sevilla, 3.200 personas llenaron el Palacio de Exposiciones y Congresos, y unos dos centenares siguieron el mitin en las pantallas ubicadas en el exterior. Iglesias se vio crecido y colocó en el blanco al secretario general socialista, Pedro Sánchez.
«Lost in USA y, probablemente, loser in Spain» [perdido en Estados Unidos y probablemente perdedor en España]», ironizó, en referencia al episodio vivido por Sánchez hace unos días en Washington, cuando llegó tarde a una conferencia universitaria pese a llevar un GPS en el coche.
«Sabéis que mi serie preferida es Juego de Tronos, ¿y la de Pedro Sánchez?«, preguntó el líder.»¡Perdidos!», espetó de seguido, provocando la carcajada en el auditorio.
El líder del partido morado fue a más: «No sabe si está de acuerdo con la reforma del artículo 135 de la Constitución o no; no sabe si está de acuerdo con los paraísos fiscales o no… Rajoy apoya a Samaras y nosotros a Alexis Tsipras, ¿a quién apoya Pedro Sánchez, o está perdido también».
Después le tocó el turno a la presidenta de la Junta, Susana Díaz. Iglesias tiró de la crisis de poder abierta entre los socialistas para tender a la líder andaluza la invitación que, en su momento, rechazó el secretario socialista. «Parece que Susana Díaz manda más que Pedro Sánchez. La invito a un debate conmigo en televisión, a ver si se atreve».
Después, sacó a relucir que en Canal Sur habían vetado una entrevista «acordada desde hace una semana». Ha sido cancelada, ha dicho el eurodiputado, «porque doña Susana se había enterado y dijo que no se entrevistaba en su televisión al »coletas»«, de forma que «Canal Sur de Susana ha vuelto a dar la campanada», ha dicho, en referencia al fallo del canal autonómico en la retransmisión de las campanadas en Nochevieja. Iglesias ha comparado la televisión andaluza con «la RTVE de Rajoy», que les organiza «encerronas».
«Hay que despedir a la casta»
Concluida la euforia, Iglesias tiró de «lugares comunes» y se volcó en el apartado económico, para completar los ataques al bipartidismo. Si las cuentas para las políticas sociales no cuadran, ha asegurado, es «porque los corruptos tienen compradas a las elites del PP y del PSOE», y ha añadido que cuadrarán si se gravan más las riquezas más elevadas, los mayores patrimonios y el impuesto de sociedades vuelve a estar como antes de que gobernara José María Aznar.
«Este tiempo se ha acaba, este país necesita un gobierno decente», ha dicho, y ha pedido «escobas» porque «la corrupción no sólo se combate con jueces y con el Código Penal, sino que hay que democratizar la economía».
Del presidente del Gobierno ha señalado que aunque diga que «las cosas van de maravilla» desde que él gobierna el porcentaje de desempleados sin prestación alguna ha pasado del 35 % al 54 %, y hay 3,7 millones de parados más.
Iglesias ha aprovechado el mitin para convocar a la manifestación que el 31 de enero tendrá lugar en Madrid. «Hay que despedir a la casta», ha enfatizado el líder de Podemos, para quien 2015 va a ser un año difícil para su partido porque sus oponentes van a seguir «insultando, mintiendo y difamando».
«Podemos no es la solución, sino un instrumento; este país lo va a cambiar la gente. Por eso queremos llenar las calles de gente», ha insistido,
«Llenando la Puerta del Sol les vamos a decir que este tiempo se acaba y que este país necesita un gobierno decente», ha añadido, mientras que los asistentes dispuestos en el escenario desplegaban la leyenda: «El momento es ahora».
Antes, la aspirante a liderar Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, se comprometía a renunciar a dos tercios del sueldo de cargo público. «Lo que da miedo no es hacer propuestas distintas, sino que todo siga igual», ha insistido.