Las gasolineras flotantes son el último caballo de batalla entre los Gobiernos de España y Gibraltar al anunciar Arias Cañete medidas más restrictivas sobre esta actividad en la Zona Protegida de la Bahía de Algeciras, donde hay un valioso ecosistema submarino. Gibraltar defiende que realiza el bunkering en sus aguas territoriales, por lo que no tolerará normativas ni sanciones españolas.
España y Gibraltar comparten un espacio natural marino que no entiende de fronteras ni de tratados y es responsabilidad de ambas administraciones su conservación. Por carecer de un espacio apropiado, Gibraltar realiza las operaciones de bunkering en el mar, con trasvases de barco a barco a través de pequeñas gabarras, lo que genera un alto riesgo de vertidos y un volumen de contaminación considerable, habida cuenta de que anualmente pasan por el Estrecho cien mil barcos y que el repostaje es casi continuo. Incidentes como el que ocurrió hace un año con el buque-tanque Segulus, que vertió combustible por un fallo en las válvulas, se reproducen casi a diario, con una frecuencia mucho mayor de la que trascienden en los medios y muchas veces resulta imposible dar con el culpable.
Las empresas afincadas en los puertos de Algeciras y Ceuta también realizan bunkering de barco a barco porque es mucho más barato para los mercantes, que no tienen que pagar el atraque al puerto. La diferencia entre ambos es que en el caso de España, las gabarras repostan en el puerto y en el caso de Gibraltar, lo hacen también en el mar, a través de enormes ‘gasolineras flotantes’ que pueden llevar hasta 300.000 toneladas de fuel y que se pasean de un lado a otro de la bahía con el consiguiente riesgo ecológico.
Además de esta diferencia hay otra que es capital, el volumen. En este tipo de operaciones, Gibraltar se lleva la mayor parte del pastel y además, sus operaciones son siempre en el mar, mientras que Algeciras y Ceuta simultanean el avituallamiento en puerto con el otro. Gibraltar se lleva la mayor parte del tráfico porque permite que los barcos atraquen sin coste y porque cobra una media de 500 euros menos por tonelada, ya que ellos aplican menores tasas y no tienen IVA ni impuestos especiales. El bunkering en el estrecho es un mercado al alza que ha pasado de suministrar apenas un millón de toneladas de fuel en 1990 a siete millones de toneladas en la actualidad y Gibraltar se lleva la mayor parte del pastel (60%), mientras que Algeciras (30%) y Ceuta (10%) se conforman con el resto.