De agente de la Ertzaintza a miembro de ETA afín al núcleo duro, un etarra que no se cansó de pedir a la jefatura de la banda terrorista más atentados, sobre todo contra políticos del PP. Santos Berganza Cendegui, condenado a 60 años de cárcel por colaboración de organización terrorista y tentativa de asesinato, pasó diez años en la unidad de tráfico de la policía vasca antes de pasarse a las filas terroristas. Perteneció, precisamente, a la primera promoción de la Ertzainza.
Santos Berganza Cendegui fue detenido en Irún el 16 de septiembre de 1989, tras un enfrentamiento con agentes de la Guardia Civil en el que murieron dos etarras. Después empezó a ser juzgado y condenado por colaborar con la banda terrorista. El etarra ha facilitado información sobre militares y policías y ha tratado de cometer varios asesinatos.
Berganza ofreció su vivienda como piso de seguridad para ETA e informó a la organización de los movimientos de un jefe del Ejército, de dos militares y un inspector de Policía.
El etarra apoyaba la línea dura que reclamaba más asesinatos. En 1998 escribió una carta desde prisión en la que se mofaba del atentado de Miguel Ángel Blanco: “El Gobierno nazi de Aznar apostó muy fuerte, restregando trozos de vísceras de Miguel Ángel Blanco por los morros de los españolitos de a pie, que están dispuestos a tragarse todas las mentiras que les cuenten (…) que muera un concejal del PP; más bien están deseando que les matemos a otros para tener carnaza para sus rebuznos mitineros».
Berganza no saldrá de la cárcel hasta septiembre de 2019 si se aplica la doctrina Parot.