Precariedad, temporalidad, empleo de mala calidad, salarios de miseria…. Son las palabras más repetidas por los dirigentes sindicales, y algunos políticos, a medida que los datos de paro y ocupación en nuestro país comienzan a ser algo mejores.
Primero se destruían muchos puestos de trabajo. Después se frenó la escalada del paro, pero aún no se generaba empleo neto. Más tarde, aunque se creaba, era escaso y aún había muchas incertidumbres. Ahora, aunque se crea más, es precario, temporal, mal pagado y de muy baja calidad.
El debate de la precariedad
Algunos expertos recuerdan que muchos olvidan la profundidad de esta crisis económica, de siete años ya, con dos recesiones casi consecutivas en Europa y en España. Se han perdido casi 3 millones de empleos en este tiempo (2,8 millones exactamente). ¿Debe aceptarse un peor trabajo tras una escabechina de este calado o hay que pedir mejores contrayos y sueldos?
Hay quien piensa, como Luis Pérez, director de relaciones institucionales de Randstad, que simplemente el empleo precario sólo es el desempleo y el empleo ilegal.
Otros, como Josep Oliver, catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, señalan que es normal que los empresarios contraten primero con mayor prudencia trabajadores eventuales y a medida que ganen confianza lo harán de forma estable.
También Manuel Pimentel, exministro de Trabajo, explica que de igual forma que cuando se desató la actual crisis se destruyeron primero fundamentalmente los puestos de trabajo eventuales y más tarde afectó también a los empleados fijos, ahora, en la salida del pozo, primero se contrata de forma temporal y después de forma indefinida. Y se muestra convencido de que esto ya va a comenzar a pasar en este año 2015.
De esa opinión es también Íñigo Sagardoy, presidente de Sagardoy Abogados: «De ninguna crisis, y menos de una tan profunda como ésta, se ha salido con todo el empleo indefinido y subiendo los sueldos».
Y añade que, a su juicio, «la moderación salarial es dolorosa, pero junto a las reformas, está siendo un factor determinante en la creación de empleo. Ahora hace falta que los empresarios ganen aún más confianza para que se conviertan los temporales en indefinidos e incluso suban los salarios«.
Más compromiso de todos
Por su parte, Sandalio Gómez, economista de IESE Business School, se pregunta de qué precariedad hablan los sindicatos ante un nivel de paro como el actual y un desempleo juvenil que supera el 50%.
Y les apela a dejar de criticar el empleo que se genera y a contribuir a una mayor generación de puestos de trabajo, con el compromiso también de las empresas y de las administraciones: «Se necesita la colaboración de los sindicatos porque para ellos el empleo a tiempo parcial, y los contratos de prácticas y de formación y aprendizaje para jóvenes, son de mala calidad. Deberían dejar de ponerles pegas y ayudar. A cambio, las empresas comprometerse a contratar y mantener en plantilla a jóvenes, mayores de 45 años y a usar los contratos a tiempo parcial con todas las garantías. Y la Administración, a apoyarlo con medidas como reducción de cotizaciones o bonificaciones».
¿Qué más podrían hacer las organizaciones sindicales para contribuir a la creación de empleo y que éste sea de mayor calidad, como exigen?
Sagardoy piensa que, a pesar de los mensajes sobre la precariedad y la pérdida de derechos, los acuerdos de negociación colectiva son responsabilidad tanto de empresarios como de sindicatos. Y, sobre todo en 2012, con la firma del acuerdo de moderación salarial para tres años, ejercieron esa responsabilidad, siendo en su opinión uno de los pilares de la actual mejora del empleo.
Este experto en negociaciones laborales, afirma que «en el ámbito laboral lo que funciona es el pacto, el acuerdo, porque finalmente quienes tienen que aplicar las medidas son los agentes sociales, trabajadores y empresas».
Los pactos de sindicatos y empresas
Pimentel, ahora of counsel de la firma de abogados Baker & McKenzie, piensa de forma parecida: «Están negociando un nuevo acuerdo de moderación salarial. Y en el día a día de las empresas se llega a acuerdos constantemente. Siempre se puede avanzar mucho más en este sentido para contribuir la competitividad de las compañías, pero es algo que compete tanto a sindicatos como a empresas».
Sagardoy añade que a pesar de que las organizaciones sindicales tienen que lanzar sus mensajes, incluso en los procesos de reestructuraciones de personal se ha llegado a numerosos acuerdos entre empresas y representantes de los trabajadores durante la crisis.
Y la realidad parece darles la razón. Sin ir más lejos, el pasado mes de diciembre se firmaba en el Palacio de la Moncloa el bautizado como Plan Prepara, que incluye entre otras medidas una ayuda de 426 euros a los parados de larga duración que no perciban prestaciones por desempleo. Muchos dijeron que se trataba del primer acuerdo de Gobierno y agentes sociales en materia de empleo después de largos años de crisis.
Pero ya en el año 2012, si bien sin la participación de Ejecutivo, organizaciones empresariales y sindicales alcanzaron el pacto por la moderación salarial, con efectos para los ejercicios 2012, 2013 y 2014.
Un acuerdo que acaba de vencer, pero en cuya renovación se sigue negociando y se confía. Según fuentes informadas consultadas por Teinteresa, todo indica que finalmente habrá entendimiento. Se consensuará de nuevo seguir trabajando por la moderación en los salarios, aunque con incrementos en determinadas circunstancias.
Las diferencias actuales que impiden que el pacto se haya cerrado ya, giran en torno a la intención de los empresarios de poner límites a esos posibles incrementos en los sueldos. Algo que los sindicatos no aceptan hasta ahora, defendiendo que no tengan techo esas hipotéticas mejoras retributivas.
Hay otro dato demoledor. Durante el año 2014 se depositaron en los registros de las distintas autoridades laborales un total de 2.073 inaplicaciones de convenios, que afectaron a 66.203 trabajadores, y que en la práctica suponen recortes salariales una vez que los empleadores no se ven obligados a cumplir el compromiso del convenio colectivo.
Pues bien, prácticamente en la totalidad, exactamente en el 96,9% de ellas, hubo acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores durante el período de consultas.
Punto y aparte merece la negociación para la reforma del sistema de formación continua de los trabajadores. Tras un año de diálogo y reuniones, sigue sin alcanzarse el entendimiento. La secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, ha manifestado en varias ocasiones a Teinteresa su intención de transformar el actual modelo mediante un acuerdo con los agentes sociales, pero éste ha resultado imposible hasta ahora. En este caso, según fuentes conocedoras de las conversaciones, no se trata de los sindicatos, sino también de las patronales. ¿Legislará el Ejecutivo en solitario?