“Nos fuimos por las mismas circunstancias en las que se encuentran muchos de los jóvenes españoles con estudios universitarios. La desmotivación e incertidumbre tras acabar nuestros estudios y las pocas oportunidades de acceder al mercado laboral”. Quizá estas palabras os suenen o con un poco de suerte no. En este caso corresponden a Carmen y Jenifer, de 23 y 26 años respectivamente.
Carmen, licenciada en Derecho. Jenifer, graduada en trabajo social. Tras varios años buscando trabajo en España decidieron emprender una nueva experiencia como ‘au pair’. Y así llegaron a un frío invierno irlandés, en 2012.
‘Au pair’ es el término que se emplea para aquellas personas acogidas por una familia a cambio de cuidar a los hijos y en ocasiones de realizar también tareas domésticas. Aunque la esencia de este trabajo es el intercambio cultural que se produce cuando una persona extranjera va a convivir, vivir y trabajar con una familia de otro país. El concepto nació en Suiza en el siglo XVIII. Entonces era muy común que las familias de clase social alta mandaran a sus hijas a vivir con otra familia, para aprender otro idioma y tener nuevas experiencias. Actualmente el concepto ha evolucionado y en su gran mayoría son estudiantes o personas sin trabajo que deciden vivir una experiencia de la forma más económica posible. Ya que el trabajo te ofrece casa, comida y una remuneración mensual.
Contactando con otras au pairs vieron que a muchas no las trataban como se merecían y así decidieron crear su propia empresa “Greenair AuPair”. Según cuentan la idea vino motivada por dos puntos de vista: el lado social y el económico. Querían dotar de cierta seguridad a aquellas personas con interés en realizar su misma experiencia como au pair, con el fin de asegurar un servicio digno tanto por parte de la familia, como de la au pair. “En muchas ocasiones las familias tienen una idea equivocada de lo que es un au pair. Se puede llegar a confundir con un empleado del hogar e incluso creer que por tener alojamiento y comida en su domicilio el au pair tiene que tener una disponibilidad de 24 horas”, explica Jenifer. Por otro lado, necesitaban crear vías alternativas para obtener medios económicos propios. “Decidimos apostar por el autoempleo como vía para finalizar con el precario camino que el mercado laboral nos deparaba”, cuenta Carmen.
Crearon la empresa en España, porque consideraban que así ayudarían al desarrollo económico del país. Pero se encontraron con varias dificultades, como por ejemplo más costes de lo que se imaginaban y sobre todo hacer frente al 21% de IVA. Aunque actualmente se benefician de una reducción en la cuota de autónomos.
El servicio que ofrecen tiene un coste de 150 euros. “Hemos asignado este precio porque somos conscientes de la precaria situación económica en la que se encuentran nuestros principales clientes, los jóvenes españoles. El perfil de los jóvenes que contactan con nosotras son, en su mayoría, aquellos que han finalizado sus estudios universitarios, con bajos ingresos económicos y con la necesidad de aprender inglés para tener más oportunidades”, explica Jenifer.
Aseguran que el resultado es satisfactorio al final del día y seguir con el desarrollo del negocio es su principal objetivo. “No sólo por los beneficios económicos sino por la realización personal que se siente al poder garantizar seguridad, fiabilidad y facilitar la estancia en un nuevo país a jóvenes que se encuentran en la misma situación que una vez nos encontramos nosotras”. Así cuentan su experiencia como emprendedoras Carmen y Jenifer, dos jóvenes que se vieron afectadas por el paro español y decidieron ¡buscarse la vida!